Vuelve y juega y así cada año, nos celebran el “Día de la Mujer”. Digo, nos celebran, porque la verdad, poco veo que nosotras mismas hagamos de este día el nuestro, tal y como debería ser.

Hoy nos llenarán los chats de mensajes copiados de otras plataformas, llenos de dulzura, caricias y flores (por cierto, nada originales y de poco esfuerzo), además, porque no son para nosotras de manera individual, sino que se copian por miles y nos los envían a todas.

También recibiremos una que otra llamada felicitándonos por el día, pero de ahí no pasan. Habrá otros más expresivos y enviarán flores que les dieron por llamar a una emisora que las regalaba si decían el slogan propuesto. Seguramente veremos otros que invitarán a comer o llevarán el desayuno a la cama porque eres mujer o porque es el día de la mujer, pero no más.

Ya saben que no soy de salir a la calle con pancartas y odiar a los hombres, noooo jamás. Soy una mujer que a través de mi vida y desde donde he podido actuar, he luchado para conseguir darnos el sitial que merecemos por nuestras capacidades, inteligencia, responsabilidad, buen trabajo, y otras condiciones maravillosas que tenemos las mujeres.

Hoy es el día para mostrar nuestro liderazgo y que somos parte de los mejores. Para que nos bajen del estereotipo de que solo somos débiles y dulces. Para mostrar que, si tenemos la oportunidad, somos más capaces que cualquier otro, porque a la hora de trabajar por nuestros objetivos, no nos paramos en dolores, sino en fortaleza y merecemos estar sentadas en el puesto que nos ganamos, por tomar decisiones acertadas y porque sin violencia y sin rencor, manejamos el mundo tan bien, como lo podemos hacer con nuestra casa.

Por eso, yo celebro mi día a diario, a mi estilo, buscando aportar, crecer, participar, hacer y pensar.

Hoy quiero invitarlas queridas amigas, y en especial a quienes somos abuelas, a que nos empoderemos de nuestro papel de mujer, a que busquemos no igualdad, sino equidad, a que mostremos nuestra resiliencia, pero a que no nos la confundan con modosidad, ni mucho menos con falta de capacidad o humildad. Las invito a que nos mostremos como mujeres de acción, pero no para salir a gritar contra los hombres, o contra quienes no nos dan el papel que merecemos (ese nos lo debemos ganar, pero no a la fuerza), sino con lo que tenemos.

La invitación es a demostrar que nuestra dulzura es para amar todo lo que hacemos y en ello va implícito, que no hay que gritar, ni mandar, sino que hay que hacer las cosas bien.

A decirle a quien quiera escucharlo, que cuando estamos a cargo, somos exitosas, responsables y todo mejora.

Celebremos nuestro día porque somos mujeres capaces, bien perfiladas, profesionales en lo que hacemos, no importa si es un oficio o Maestría, no importa si estamos jubilosas o trabajando activamente, no importa si somos amas de casa, o gerentes, o si nuestro trabajo es humilde. Somos lo que somos: MUJERES Y VALIENTES.

Celebremos en tacones o en tenis nuestras capacidades y nuestra inteligencia.

Digamos que la debilidad es puro cuento, porque a diario mostramos nuestra fuerza para resolver, arreglar, componer, hacer, subir, luchar, escalar, mantener y todos los verbos en infinitivo que indiquen crecer, empoderar, resistir y ganar.

Las invito a que, en lugar de llenarnos de flores las sembremos y saquemos las mejores. Las invito a que, en lugar de recibir lisonjas en este día, mostremos de qué estamos hechas y que, si alguien nos dice “Feliz Día de la Mujer”, le preguntemos por qué nos está felicitando, cuestionémonos nosotras mismas y a quienes creen en el día de la mujer, inquiriéndoles el por qué nos homenajean, qué es lo que ven en este día para felicitarnos y por qué creen que nos merecemos tantas bonitas palabras. Seguramente habrá quien lo manifieste con propiedad, pero los demás, se reirán y poco sabrán el por qué.

Hoy en este artículo, pongo las fotos de grandes mujeres, algunas conocidas otras no tanto, pero tan importantes todas, porque son mujeres llenas de valores, capaces, que manejan la tenacidad y la convicción, y que contagian de alegría porque disfrutan lo que hacen.