Cuando alcanzamos la dignidad de abuelos y estamos jubilosos (no jubilados), nuestros compromisos son menores y nuestras agendas son simples, y es cuando debemos mirarnos y decidir disfrutar la Vida.

Ya hemos pasado por mucho, la experiencia nos cobija, los hijos tienen sus vidas, nuestros nietos están bien y nosotros gozamos de cabal salud, con los inconvenientes propios de la edad: presión alta o baja, dolor en el dedo, ¿En el dedo?, sí, donde nos lo pongamos ahí duele, pero eso nos vale madre y nos levantamos animados a hacer de nuestra vida la mejor

¿Y qué hay para hacer? Si tenemos pareja, a disfrutarlo en compañía y si estamos solas, con mayor razón a llenarnos de motivos para disfrutar.

Las mañanas normalmente son las mas ocupadas para hacer agenda, pero no nos puede faltar el cafecito para compartir, con el esposo, con la vecina o simplemente llamando uno a uno a los hijos a preguntarles cómo les va. Ellos normalmente estarán “carreriados” y nos contestarán con amor, pero de afán, pero igual, nosotros seguimos llamando uno a uno mientras terminamos el café.

La tarde es diferente y comienza desde la hora del almuerzo. ¿Siempre habrá oportunidad de invitar o de que te inviten, a quienes? Pues a los amigos, a los excompañeros de trabajo, a alguna vecina o a un familiar que hace rato no vemos.

Si cultivamos amigos, esta es la hora de disfrutarlos y con ellos, que normalmente son de nuestra misma edad, gustos y hobbies, es con quienes debemos compartir.

Tarde de Juego

No solo es para hombres, nosotros también lo disfrutamos. No se trata de salir a casinos y eso, no. Se trata de disfrutar alrededor de un juego, toda la tarde en la casa de las amigas. Yo, por ejemplo, tengo todos los martes de 4pm a 9pm, tarde-noche de juego. Somos 8 abuelas que religiosamente nos turnamos cada martes para atendernos con alegría y solo cada dos meses nos tocaría atenderlas a ellas.

El juego es lo de menos, pues en ese tiempo solo ganamos un poco de dinero, no pasa de 12 mil pesos colombianos, US4 dólares hoy. Y si perdemos, eso sería escasamente, un dólar, o 3 mil pesos. Como ven lo de menos es el juego, pero sí lo que hay a su alrededor: la conversación es infaltable, yo pierdo porque no me concentro en el juego, sino que participo de las conversaciones y muero de risa de con los apuntes. Hay chistes, hay evocaciones, risas por montones, historias, noticias, también analizamos el país, también nos unimos en favor o en contra de algo o de alguien, damos sugerencias y consejos, criticamos y amamos a nuestros esposos y comemos que da miedo.

Quien invita se esmera por atender bien, hacer una comida sabrosa, pero acorde con nuestros gustos, estómagos, restricciones y gustos.

Ni política, ni futbol, ni religión

Esa ha sido una premisa con todos mis grupos de amigos, porque tengo cuatro grupos de amigos, unos con esposos, otros sin ellos, pero todos nos conocemos, mas adelante serán tema de este blog.

Lo cierto es que estos tres temas no los hablamos en las reuniones, pues respetamos las creencias de cada quien, su equipo favorito y por su puesto su candidato. Pero ello no nos impide lanzar nuestra “puyitas”, cuando gana el que nos gusta, pero siempre con respeto y en tono jocoso. Pruébenlo. Ni con los grupos de la familia permitamos esos tres temas y verán que tendremos la vida en paz.

Hay mucho por hacer, apenas les hablé de la tarde de juegos, luego les contaré, de la tarde de lectura, de cine, de conferencias especiales, de universidades etc.