UNA EXCELENTE DECISIÓN

 

UNA EXCELENTE DECISIÓN

 

Ojalá y las oportunidades en la vida se les presentaran a todos como me pasó a mí.

Eso de poder devolverle a la vida lo que ella tanto te dio y además poder disfrutarlo, no se ve diariamente.

Hoy, hace un año, tomé una decisión, una buena decisión.

Antes de salir Jubilosa, tuve la invitación de un periodista amigo a que hiciera parte del Club Rotario Medellín y su argumento, antes de explicarme de que se trataba, fue: “a mi me salvó la vida”. Me contó su historia de cómo de la soledad pasó a tener amigos y de cómo de trabajar tanto, pasó a servir. Me gustó. Acepté y hoy después de un año les contaré que es eso, que gané, que hago y si tomé o no una buena decisión.

Ser Rotario no es una profesión, no es un cargo nuevo, no es un trabajo, es una bendición. Servir a través de la mistad es lo mas maravilloso que me pasó en este último año.

HACER PARA SERVIR

Ser Rotario es poder hacer por los demás, aquello que siempre quisiste hacer y que, por falta de tiempo, de impulso, o de esperar a ver quién arrancaba primero, no lo hiciste.

Ser Rotario es poder hacer desde el compañerismo y la amistad, todo el bien que quieras de manera organizada, feliz, acompañada, disfrutando del dar y del entregar y gozando de recibir buenos amigos y de prestar un buen servicio, sin afanes, sin cortapisas, sin horario, sin intrigas, es dar a quien realmente lo necesita.

Por ser Rotaria he conocido como amigos a todos quienes fueron mis fuentes cuando ejercía como periodista. He conocido nuevos compañeros y amigos, todos ellos, felices, con tiempo, con la alegría propia de quien tiene para dar sin interés de recibir nada a cambio.

Como Rotaria he conocido pueblos, que en mi vida pensé en visitar, comunidades que ni sabían que existían y eso que era recorrida.

Con los Rotarios he visto crecer empresas, mejorar escuelas, darle agua pura a quienes no lo esperaban, capacitación a maestros, sacar de la drogadicción a miles de jóvenes.

 

He visto como la paz se teje desde donde debería hacerse: desde la juventud, desde las escuelas, desde la niñez, desde los padres de familia.

Con los rotarios aprendí que dar de lo que sabes hacer y de lo que es tu fuerte, es reconfooooooooooooooortante.

 

SERES FELICES

Los rotarios lo hacemos todo con felicidad, divirtiéndonos, nada es difícil, nada es complicado. A través de la mistad y aprovechando la experiencia, se tejen las relaciones que se requieren para poder sacar adelante los proyectos.

Son esas relaciones y esas profesiones desaprovechadas por las leyes, las que nos permiten a los rotarios poner todo el entusiasmo y la experiencia al servicio de los demás. Por ello, los odontólogos y médicos, aun jóvenes, pero jubilosos, hacen jornadas de salud en comunidades que lo requieren, con alegría y con resultados.

 

Por profesionales ingenieros y arquitectos jubilosos, construimos filtros para llevar agua tratada a las escuelas, mejoramos las condiciones de los centros de enseñanza y más.

Por los buenos administradores y políticos que son Rotarios jubilosos, llegamos fácilmente a las administraciones de los municipios, veredas y corregimientos, nos atienden, se comprometen y trabajamos de la mano.

Por los colegas periodistas jubilosos, damos a conocer lo que hacemos y ayudamos en todas las brigadas y demás que nos requieran.

Personalmente me siento feliz, siendo participe de los eventos, programas, campañas y trabajos donde tenemos servicio.

 

Saber que la polio está erradicada en nuestro país y en el mundo, porque unos rotarios se dieron a esa tarea y las campañas siguen a pesar de que ya no hay en Colombia, es también un acierto

 

Mirar el entusiasmo de quienes lideran los comités de trabajo, el compromiso denodado de ellos y poder participar en cualquiera de esos comités, sin que te pongan problema, sino oficio, es toda una experiencia

Tener amigos que no molestan, que no se enojan, que siempre están dispuestos, que se sienten y se ven felices es un privilegio y si a ello le sumas, que toda tu familia puede involucrarse, es mucho más maravilloso aún.

Ver a los jóvenes Rotarios, trabajando por la gente y para la gente es alentador. Mirar los intercambios de estudiantes que se hacen entre las familias rotarias es inimaginable, saber que hay oportunidades de estudio para mucha gente es gratificante.

Sinceramente ser rotaria es un honor. Estoy orgullosa de serlo, de poder disfrutar de la amistad, del servicio y del cariño. ¡Eso no tiene precio!

Quisiera que muchos de ustedes se animaran a ser rotarios, les juro que no se arrepentirán, solo dirán por qué no lo sabía, por qué no lo hice antes.