Un abrazo cómplice para todos
No siempre es mejor mamá la que se pasa todo el día al cuidado de sus hijos, como tampoco lo es la que trabaja mucho para darles lo mejor. No. En el espectro de los padres también hay grises.
Abuelas no les dé miedo apoyar a sus hijas en sus decisiones o a sus nueras en lo que quieren hacer con su vida profesional.
Ser mamá no es el fin. Es un estado maravilloso que te engrandece y te hace feliz, ayudas a la felicidad de muchos y te ves perpetuada en los hijos. Ellos, sobre todo el primero, te despierta la ternura, el deseo de quedarte cuidándolo y el miedo a que algo le pase.
Pero no. No eres la única mamá. Hay muchas que como tú sienten lo mismo, pero quieren también disfrutar, aportar y realizarse como mujeres preparadas y profesionales.
Ya les había contado que soy una abuela diferente, trabajadora, ejecutiva, gerente, ahora jubilosa y super ocupada. Madre de cuatro hijos, mamá de cuatro profesionales y con dos nueras también profesionales y un yerno insuperable que sabe para que estudió, tres nietos y jamás, dejé de trabajar y no por ello, mis hijos sufrieron o me hacen responsable de sus aciertos o errores, no, son personas independientes que saben defenderse, que ahora me enseñan a mi y que y les hago caso. Son seres maravillosos que supieron escoger bien sus parejas y que hoy se sienten orgullosos de mí. Jamás les dio pena decir quién es era mamá y a que se dedicaba, todo lo contrario, yo veía con orgullo que se les hinchaba el pecho cuando tenían que hablar de mi y de mi profesión.
Mi mamá, cada vez que yo tenía un hijo, me miraba entre asombrada y admirada, y me decía «tú eres como una madre de caracol: tienes los hijos y luego sales a trabajar». Si yo no hubiera tenido el carácter que tengo y la pasión que le pongo a lo hago, posiblemente hubiera dudado, pero la verdad, siempre me reía y ella también siempre ha estado para mi y para mis hijos, en el momento justo a la hora justa y cuando mas la necesitaba. Honor a mi madre que también fue trabajadora, solo que lo hizo cuando ya había levantado a sus siete hijos y con el permiso de mi papá. Yo no. Yo lo decidí, ellos me apoyaron.
Por ello, cuando tu hija o nuera deciden trabajar luego de pasada los meses que da la ley, hay q apoyarlas. Pero no cuidándoles permanentemente al bebé. Apoyarlas es eso.
Estar pendientes de que al bebé nada le falte mientras están en su trabajo, estar atentas a cualquier llamado que haga quien se los está cuidando y correr o volar, si hay temas de urgencia. Así todos felices, realizados en sus vidas y con una familia feliz. ¿Simple? Si, así de simple, eso hacemos las abuelas de hoy
«TÚ ERES COMO UNA MADRE DE CARACOL: TIENES LOS HIJOS Y LUEGO SALES A TRABAJAR»
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