Esta vez, quiero dedicarle este artículo a las mamacitas de hoy. A las que están empezando a criar, a las que apenas están empezando a tener hijos, a las que se están estrenando como mamás, a las que tienen niños con condiciones y diferencias especiales y a las que tienen blogs y escriben en las redes para ayudar y orientar a estas nuevas madres.

¿Qué por qué esta discriminación? No, no lo es. Es solo que a las demás, siempre nos celebran el día de la madre y todo gira a nuestro alrededor.

Todos van a la casa de la abuela a celebrar y allí se reúnen los hijos y nietos, y hasta los bisnietos y todo se vuelve fiesta a nuestro alrededor y aunque a las nuevas madres también se les celebra, pocas veces he visto un artículo para ellas.

Parto diciendo que las admiro mucho.

Las miro cargando a sus bebés y lidiando con sus hijos, formándolos, educándolos, asistiendo a los colegios, llevándolos a estudiar, en el corre corre de cada mañana con lo de la levantada, desayuno, loncheras, baño, vestida y estar a tiempo para llevarlos al colegio y luego a trabajar. Me pongo arrozuda y hasta les confieso que digo “gracias a Dios que ya pasé por eso”.

Pero luego las miro con ese compromiso, con ese amor, con esa paciencia, con esa responsabilidad y con todo el afecto que le ponen a lo que hacen por ellos y me alegra verlas. Me llena de satisfacción ver cómo las jóvenes madres de hoy son tan buenas mamás, tan comprometidas, tan rápidas y tan capaces de hacer mil cosas a la vez y lo mejor, sin quejarse, siempre amorosas.

Reparten besos a diestra y siniestra y cuando la calma vuelve, viene el suspiro, a sentarse a tomar un buen café y a comenzar a trabajar, hoy desde sus casas, antes, a sus oficinas.

Por eso y por más, es que quiero que este día de madres se sientan honradas, queridas, reconocidas, apreciadas y amadas.

No importa si están acompañadas por sus parejas, si están solas porque se separaron, si son viudas o por cualquier otra circunstancia, quiero que sientan que son el eje del universo para sus hijos y sus hogares.

Entre todas estas madres quiero hablarles de las mamás blogueras- De esas jóvenes que decidieron a través de sus blogs, ayudar a otras mamás que a veces se enredan o tienen dudas, no tienen a quien preguntarle o simplemente les creen más porque son de su misma edad y están pasando por las mismas. A ellas quiero decirles que tienen toda mi admiración.

Y las admiro porque no se quedaron con el conocimiento, ni con el aprendizaje, porque no fueron cicateras con sus experiencias y porque están siempre listas a ayudar.

Igualmente, porque me sorprende su capacidad de convocatoria, hacen un llamado para colaborar y nadie les falla porque generaron confianza, les creemos, las admiramos y sabemos que no engañan.

 

También quiero hacerles un pedestal a las madres jóvenes que hoy están criando niños con condiciones, con diferencias, especiales o con enfermedades difíciles, y hasta terminales.

A ellas mi admiración porque son fuertes, porque son valientes, porque son luchadoras, porque aman más, porque tienen que trabajar más, porque a pesar de no entender, ¿Por qué a mí? No se paran en tristezas, sino que cada día se levantan a seguir con su lucha y con más amor.

A esas mamás las admiro, las apoyo, y cuentan con toda mi solidaridad porque aparte de tener un hijo que requiere de toda su atención, no decaen, trabajan, enseñan y hasta se defienden de quienes las critican o no creen en lo que están haciendo. Ellas no se paran a llorar y si lo hacen, se secan las lágrimas rápidamente y se empoderan más.

Entre ellas está mi hija Mónica, a quien quiero exaltar este día de madres. Porque tiene toda mi admiración, porque me hace sentir orgullosa, porque sé que a veces cae, pero se levanta con tal rapidez que asombra. Porque ella es una de las muchas mamás que cuando Dios estaba buscando una mujer para darle un hijo que iba a necesitar de toda ella, vio en Mónica la fortaleza que necesitaba y aunque ella diga muchas veces que no es Rambo, para que no le caigan tan duro, sí tiene esas características y más.

Ella hace de todo y todo lo hace bien. Le alcanza para apoyar a madres que como ella necesitan de su ayuda. NO se rinde, ve caerle mil problemas a la vez y es la calmada, la que soluciona, la que corre, la que encuentra el lugar propicio, el medio que requiere, la clínica que atienda, lasmejores terapeutas, los colegios que son incluyentes y al final del día, después de llorarme un rato, se limpia sus hermosos ojos y sigue como si nada.

Por todo eso y porque las mamacitas de hoy tienen otro concepto de la vida, de la maternidad, de ser madres, las admiro y quiero decirles que hoy es su día. Que me merecen todo el reconocimiento, que no desfallezcan en su crianza, que no piensen nunca en renunciar a ayudar, que sigan creciendo con sus hijos y compartiendo experiencias y que cuando lleguen a mi edad, sean las abuelas maravillosas que todo el mundo espera.

Por hoy, disfruten su día Mamacitas, déjense atender y querer, porque lo tienen muy merecido.