En nuestro infinito deseo por ser buenos padres y abuelos y por querer ayudar, por querer lo mejor para nuestros hijos y nietos, estamos metiendo la pata.
En nuestro infinito deseo por acertar, por colaborar y por opinar, estamos metiendo la pata
Por las infinitas ganas de que nos den nietos y bisnietos, les prometemos que los cuidamos, que les ayudamos, que les asistimos en la crianza, que los tengan rápido que les va a sobrar amor, y aunque eso sea verdad, estamos metiendo la pata
Y también la metemos cuando opinamos sin que nos pregunten, acerca de sus planes de vida futura, acerca de la casa que van a comprar, acerca del país donde van a vivir, acerca de lo que harán cuando estén en ese país soñado y acerca de los trabajos que van a desempeñar.
Por querer hacer el bien, así estemos llenos de buenas intenciones, nos estamos tirando en la vida de los hijos y nietos.
A ver abuelas y mamás, quiero que se pongan a pensar y retrocedan en el tiempo y miren ¿qué era lo que más odiaban cuando estaban recién casadas?, acerté, las suegras metidas, las mamás husmeando y las abuelas opinando ¿o no?
Pues si es así, no repitamos la historia, no seamos intensas, no los atormentemos cada vez que los visitemos o los veamos con las mismas preguntas: ¿y para cuando vamos a tener nieto?, ¿qué han pensado de comprar casa o apartamento?, ¿a qué se van a ir para otro país, acaso a limpiar, cuando aquí todo lo tienen todo? No, no tenemos ni el derecho y mucho menos el deber de cuestionarlos.
Así como nosotros, ellos también quieren hacer de su vida lo que creen más conveniente.
Tendrán los hijos a la hora que ellos piensen que es oportuno y cómo cuidarlos. Serán ellos los que elijan quién los va a cuidar, serán ellos los que definan cuántos y en qué momento quieren tener hijos, no los atormentemos.
Asimismo, con su trabajo. Los nietos nuestros de hoy y los hijos de ustedes mamás de hoy, son del mundo, no de nosotros. Que vuelen, no les corten las alas, no los frenen con temores infundados, no les amarguen la ilusión con la tristeza de que “me quedo sola”, de que “ya casi me muero y no los voy a volver a ver”, etc. Déjenlos perseguir sus sueños.
No alimentemos desesperanza, entreguémosle el timón de sus vidas, dejemos que nos muestren qué fue lo que les enseñamos, cómo fue que los educamos, cuál fue la cartilla que les dimos. O ¿es que nos da miedo enfrentar la verdad y sentir que perdimos el año como padres y abuelos?
Si vas a visitarlos admírales lo que tienen, su decoración, sus gustos. Si te invitan a comer agradece lo delicioso que estaba, si te preguntas que tal el cuadro que compraron, devuélveles la pregunta: ¿Te gusta a ti?, si es así, contéstales que está hermoso. No opines para dañar, opina para fortalecer.
¿Y qué decir cuando se van a vivir afuera, a otro país?
Pues nada, apoyarlos, conocer lo básico, darle ánimos, estar pendiente de ellos y de sus hijos, mantener comunicación normal y en horarios que ellos puedan, no querer saber más de la información que ellos entregan y estar para ellos cuando nos necesiten, cuando estén tristes porque nos extrañan, pero no para llorar con ellos sino para animarles, para decirles que no pierdan el norte ni el objetivo, para indicarles que las cosas no se consiguen de la noche a la mañana, para fortalecerlos, para ayudarles a salir de lo que sienten y empujen para donde tiene que ser.
Soy madre de cuatro hijos, tres de ellos viven en el exterior en países diferentes, y abuela de tres nietos, dos están por fuera. Creo que tengo autoridad para hablarles de esto.
No fue fácil. Las mujeres fueron las más atrevidas y osadas y se fueron primero, la una a estudiar y a casarse y la otra a estudiar,
La que se casó, se fue profesional de aquí, de una de las mejores universidades, estudió inglés y lo aprendió perfecto, pero sacrificó su carrera, para poder sacar adelante la familia que querían formar. Fue duro para ella, pero jamás perdió el norte, sabía lo que hacía y sobre todo, por qué lo hacía.
Yo sí me revolqué aquí en Colombia, porque no me gustaba verla trabajar en oficios menores, pero dignos, y si alguna vez se lo dije, ella muy inteligentemente me calló la boca y aprendí.
Me dijo: “mamá, sé lo que estoy haciendo y aunque tengo que trabajar por fuera, luego en mi casa y más, soy feliz porque amo a mi esposo y queremos tener la familia que soñamos. No sufras por mí que soy feliz, el día que no lo sea empaco y me devuelvo”.
Siquiera me lo dijo, de ahí en adelante hice lo que tenía que hacer y mi esposo igual. Apoyo total. Llamadas para saber cómo iban, para decirles que disfrutaran todo lo que hicieran, consuelo cuando estaba aburrida o cansada y palabras siempre de aliento.
Ni ellos, ni nosotros nos equivocamos, al cabo de seis años, léase bien, seis años, todo fluyó como querían, llegaron los hijos, la compra de la casa soñada, en la ciudad soñada y equipada como lo soñaron.
Sus trabajos soñados también llegaron, ahora son excelentes profesionales en lo que querían, tienen un hogar ya de 13 años bien formado y son felices. Siguen trabajando mucho sí, pero en lo de ellos, tienen sus hijos en los colegios propios para ellos y visitarlos ayer y hoy siempre fue y ha sido un placer.
La otra, se fue a estudiar y es tema de otro post.
El tercero se fue con su esposa para Australia, vendieron todo en Colombia y se fueron a conquistar su sueño. De eso ya hace un año. Un duro año, donde pasaron Navidad solos, cumpleaños solos y hasta hace poco trabajaban en lo que les resultara, pero no desfallecieron, sabían a lo que iban y tienen claro lo que quieren.
Nosotros solo los animamos a continuar en la realización de ese sueño, que ahora ve luz y que estamos seguros que con la perseverancia que tienen, saldrán adelante.
Como ya tenemos experiencia, nuestra fortaleza es la de ellos, nuestra mirada de futuro está encaminada hacia lo que ellos quieren. Ha sido duro porque trabajar en oficios que nunca hicieron y no en profesiones como las que tienen, no es fácil.
Tener especializaciones y maestría para trabajar en algo que no es lo suyo, no es lo máximo, pero no se quejan, lo hacen con gusto, saben para donde van y a hoy, ya se están encaminando en lo suyo.
Por eso abuelos y padres, no metamos la pata opinando donde no nos llaman.
Nosotros estamos para apoyar, para consolar con fortaleza, para ayudar en lo que se pueda, para orar por ellos y para empujarlos a conseguir sus sueños.
Que jamás nos queden remordimientos que, por nuestros comentarios y quejas, contribuimos a la separación de los matrimonios de nuestros hijos o nietos, que, por metidos, hicimos desdichados a los nietos, pintándoles una vida divina aquí, diferente a la que viven allá e impedimos que fueran fuertes y aventados. Que jamás por nuestras opiniones a destiempo, tengamos hijos sentados en la casa sin trabajar porque aquí la búsqueda de empleo es dura y, peor aún que, por nuestros comentarios, hoy nuestros hijos sean desdichados.
Así que NO metamos la pata.
Viky cada palabra que nos regalas es una enseñanza para nuestra vidas y nuestras vidas
Gracias que rico tenerte un abrazo fuerte para ti y esa familia 💓💕👍
Super tus consejos son de ayuda para las que estamos en este proceso de hijos nietos y demás me encanta leerlos y también ponerlos en práctica un abrazo grandeeee 😘
Que maravilloso escrito y que consejos tan especiales, espero tenerlos en cuenta para cuando me llegue el momento. Un abrazo grande 🤗
Muy buenos consejos, es la verdad, en mi familia estamos viviendo esa experiencia con mi sobrina, es abogada con especialización en derecho inmobliario pero no ha encontrado buenas oportunidades en nuestro país, estuvo aqui en Nueva York conmigo y ahora emigró a Australia buscando oportunidades y ahí va para adelante trabajando en lo que pueda pero luchando por sus sueños 🙏🏼Pero mi hermana, la mamá de ella necesita leer este post a ver si recapacita y deja ese pesimismo .
Vicky gracias por recordarnos que nuestras buenas intenciones con los hijos nos llevan a veces a “ cortar sus alas” !
Muy caliosa lección,o consejo,o terapia.
Excelente.
Gracias,tienes toda la razón.
Viky muy acertado tu actuar en este rol de suegra y abuela, pues hay que dejar a los hijos que sean independientes, ya que ellos tienen que afianzar su carácter que es el escudo para tantos obstáculos en este camino de la vida. Sigue adelante así!
Como siempre…….EXCELENTE! Lleno de amor y sabiduría! Te quiero montones mi querida amiga!
Lo que nos preocupe sobre la actuación y las determinaciones de nuestros hijos, debe ser abordado con ellos por medio de preguntas, así sean difíciles, sus respuestas nos darán la medida de la claridad y propósitos que los mueven, como también les ayudarán a identificar, ajustar y clarificar sus sueños y su norte. No sobra por supuesto una recomendación, si la solicitan, con el sumo cuidado de no destruir lo que anhelan. Además las palabras de motivación para que sigan adelante, suelen ser nuestro mayor aporte. Lo que definitivamente sería desastroso para ellos es llegar a decirles: “ves, te lo dije”, si esa fuese la situación debemos abstenernos de esa demoledora expresión.
Muy buen y centrado artículo de vida!
Solo una palabra… Maravilloso
Maravillosos consejos, soy muy Dada a meter la pata con lo de los nietos, diciendo que quiero nietos pronto, gracias por estas enseñanzas