La pareja cuando se separa, cada quien, por su lado, pero no le pueden quitar los abuelos a los hijos, no pueden negar el amor de los tíos, jamás deben separarlos de los primos porque al final, ¿qué les va a quedar a ellos?

¿Pero qué pasa con esa familia, cuando la pareja consigue nueva pareja y arman nuevos hogares con más hijos? Pues pasará lo que tú quieras, pero mi recomendación es, no los separes. Enséñaselos   a conocer, pero no los obligues a compartir, salvo que ellos quieran, háblales con naturalidad y sin mentiras. Háblales de manera clara, sin odios ni resentimientos.

 

En una separación los dos tuvieron sus motivos, ¿culpable uno?, no siempre. Dicen que el matrimonio es de dos y ambos con seguridad tendrán sus explicaciones. Si la separación se da porque a pesar de los esfuerzos, no se pudo, soy de las que creo que todo sucede por una buena razón, buena a larga, así al principio no se entienda ni se acepte.

Pero la familia de ambos no se puede dividir, no se debe rifar, o al menos yo pensé que eran tan especiales, amorosos y nos querían tanto, que los conservé, hice todo lo imposible para mantener el contacto y animé y alenté a mis hijos a seguir en contacto con ellos a no dejarlos ir y así fue y los resultados han sido los mejores

Después de separados, cada quien cogió su camino y formó su propia familia. En mi caso, siempre incluí en mi nueva familia a la mía y, por supuesto, a la de él. Y no me equivoqué, hoy somos una gran familia no ramificada, somos una familia unida.

Siempre pensé que mis hijos se merecían tener a su familia paterna, para disfrutarla y por ello desde que conocí a este amor que me acompaña ya casi por 26 años, se los presenté, y ellos tampoco se equivocaron, lo aceptaron y de ahí en adelante, la amistad, el cariño, la admiración y el amor lo vivimos como familia.

No hay celebración importante en donde no estemos todos. Fiestas, reuniones, grados, matrimonios, cumpleaños etc., siempre están incluidos como parte integrante de esta prole.

Mis hijos tenían tres abuelas y las amaban por igual, y aunque una de ellas ya se nos fue la recuerdan y reconocen como la abuelita. Entre ellas se quieren, comparten y disfrutan. La familia de mi esposo también está incluida, aunque como todos viven lejos solo pueden verse ocasionalmente, pero la virtualidad nos mantiene también unidos.

Ahora que mis hijos viven lejos, cuando vienen de visita esta casa nuestra se llena. Las tres familias vienen a visitarlos. No hay diferencias, solo alegría de verse, de abrazarse, de compartir entre todos, de tener largos espacios para desatrasarse, de celebrar la unión y de gozar la vida.

Todos se preguntan y ¿cómo le haces para tener aquí a tu ex con su esposa y familia? ¿Cómo aceptan con tanta tranquilidad la situación?, pues no, todo sale natural, no hay ni resentimientos, ni temas guardados que nos dañen. Son bienvenidos y aceptados con respeto. Por encima de todo están mis hijos y nietos que ven con admiración esta relación tranquila y respetuosa y ellos actúan de igual manera.

Me siento orgullosa de tener esta familia, me encanta verlos y disfrutar con ellos y siento que mi esposo también lo hace y lo acepta de corazón y sin prevenciones. Él, es quizás el más tranquilo y generoso, comparte con todos sin reservas y acepta con cariño que nos visiten y si bien es una persona culta y educada, estoy convencida de que lo hace desde el corazón y así lo sentimos todos.

Si te separaste y fue por las buenas, sin aspavientos, ni peleas, por favor, no le quites la familia a tus hijos.

 

Si te separaste con muchos problemas, divisiones, peleas, abogados y discusiones, y fue solo la pareja, por favor no le quites la familia a tus hijos.

Si por culpa de tu suegra o suegro, por metidos, por opinadores, por direccionadores, porque no los dejaban en paz, tuviste que separarte, no te equivoques, no le quites la familia.

Si tu separación fue muy grave, pero hay una luz que te permita mantener las familias para tus hijos, por favor no se las quites.

Ese es uno de los dilemas cuando una pareja se separa, pero en mi experiencia, la familia se queda. No se divide, no se pelea, no hay bandos y menos cuando uno tiene hijos de por medio.

Si fue porque tuviste suegros metiches, que opinaban y se metían en todo, que eran exigentes y no los dejaban vivir su propia vida y hasta les decidían cuando tener hijos, tampoco se los quites a tus hijos. Están equivocados, sí y allá ellos, que tendrán que cargar con el remordimiento de una separación, pero son precisamente, ellos, quizás, los que más aman y amarán a tus hijos.

Por ello, porque lo vivo y porque no me equivoquées que los invito a ustedes abuelos a que alienten a sus hijos, a que, si se separaron, no dejen a sus nietos sin la familia del otro.

Si son familias equivocadas, o con pensamientos y estilos de vida diferentes a los de ustedes, permitan que sean sus nietos quienes tomen la decisión. Ellos, pequeños o grandes saben y reconocen quien los quiere o no, quienes son buenos para su vida o no, quienes les convienen y quienes no y a quienes dejan en su vida o no, pero no pasemos nosotros de largo como abuelos, sin precisar que la familia no se divide y que es para siempre, es quien nos cobija, apoya y donde nos debemos sentir plenos y confiados.