Hacia días que no utilizaba esta frase, pero hoy la traigo en este escrito para decirles que hay momentos, situaciones, ratos y reuniones que uno debiera volver a traer a la memoria por lo bueno que fueron o por el gran significado nos dejaron.

Según la RAE, volver por los fueros es “Volver a demostrar su valía, sus cualidades” a un hecho que nos marcó.

Por ello, mi invitación es a que volvamos por los fueros y volvamos a cultivar la amistad, volvamos a sentarnos en familia, volvamos a hacer reuniones festivas con los compañeros del trabajo o de la universidad o con los amigos jubilosos, o con las amigas del costurero o con las amigas del colegio.

Y le sugiero estas reuniones, porque les prometo, que cada una de ellas, les traerá vida, les dejará el corazón lleno de felicidad, les despertará una sonrisa y hasta una carcajada que querrás compartir con alguien, por el solo hecho de acordarte de lo bueno que pasaron.

Pero hacer ese tipo de reuniones, bien sea porque invites o te inviten, no es así como así. Hay que prepararlas y hay que preparase, porque el éxito de las mismas está en que tu como anfitriona, puedas estar presente y sentada con quienes invitaste y no en la cocina preparando lo que vas a invitar.

Y lo digo con conocimiento de causa. Me considero gran anfitriona y aunque no tengo ayuda ni trabajadora que venga diario, siempre estoy lista a recibir a quien invito y asentarme a recibir la visita, sin afugias y mis paradas la cocina son para traer las viandas porque todo lo tenía preparado,

También entonces me voy a atrever a darles algunas sugerencias para cuando tengas invitados del estilo que les describí antes y que no se necesita ser una experta en cocina, ni mucho menos en etiqueta, pero si en buen gusto y mejor atención para los invitados.

Lo mejor es hacer reuniones descomplicadas. Lo primero es definir a quienes vas a invitar, qué afinidad tienen, si se conocen todos y si comparten los mismos temas.

Resuelto este punto, hay que hacer la lista, tener los teléfonos a la mano, buscar una fecha, al menos con 15 días de anticipación y escribir la invitación en la cual incluyas el porqué de la reunión, el sitio, la hora y la dirección completa con ubicación en Waze para que no haya disculpas. No está por demás incluir el celular, así todos lo tengan, pues a la hora de perdida el día del encuentro, lo tienen a la mano.

Enviar la invitación con mínimo 15 días de anticipación así verás de una vez, cuantas personas aceptaron. Si fueron más de la mitad, estas hecha, hay reunión, si no, pregunta entre que fechas o días les queda mejor y ya decides. La decisión se tomará con base en el día en que más coincidieron los invitados, a los que no pueden, se les dice amablemente que están invitadas para otra ocasión.

Prepara lo que quieres invitar a comer con tiempo, lo que sabes hacer, lo que de verdad le gusta a todo el mundo y así saldrás bien.

Recibe a tus invitados en la puerta de tu casa con alegría, abrazo, que sientas que son bienvenidos, recibe con euforia lo quete leven y compártelo en la reunión porque fue de tu gusto.

Si la reunión es de compañeras de colegio, siempre el tema serán los buenos recuerdos, las travesuras que hacían, los novios que tuvieron y con quienes no se casaron, los divorcios, las separaciones, las voladas de la casa con sus parejas, al escondido de los padres y así miles de travesuras, pero también están los temas actuales, las parejas nuevas, los solteros o solteras que hay y como viven, los hijos los nietos y las tristezas y alegrías, Notarán que uno con los amigos del colegio no esconde nada, todo lo cuenta y recibe apoyo, buenos consejos, sugerencias y hasta ayuda si se necesita.

Igual pasa con la familia, no nos olvidemos que la familia es lo más seguro que un tiene y esas reuniones de hermanos con sus parejas y con los padres si están vivos y los hijos, sobrinos y nietos, son lo mejor y no ha que desgastarse, así sean 42 como en mi casa.

Les sugiero hacer almuerzos o comidas comunitarias, a cada cabeza de familia le asignas traer un plato diferente y le dices la cantidad, no para los cuarenta, sino que lo divides en tres el mismo plato y así sucesivamente, a los jóvenes que trabajan les encargas la cerveza, el postre, los pasantes buenos que no sean de paquetes, las empañadas, y así por el estilo, a los señores les pides el licor o lo que vayan a tomar y tu como anfitriona tienes de todo un poco en cuanto a licores gaseosas y pasantes, para dar inicio a la reunión, Importante que todo lo que lleven esté ya hecho, no se vale llegar a cocinar, sino que sea para calentar.

Todo se pone en una mesa ya la hora de servir cada quien toma lo que le gusta y quedan felices porque la reunión los reencontró con los primos, con las tías, los abuelos, lograron desatrasarse de cómo va en la vida a cada quien, y no faltarán las burlas, las anécdotas y los cuentos en donde todos estuvieron felices. No olvides llamar por video a quienes están fuera de la ciudad o en otro país, para que saluden, vean la familia y llenen también su alma de cariño y afecto que harta les hace a quienes están lejos.

Hacer reunión con amigos, familiares y demás grupos con los que empaticemos, es lo mejor: nos quita el aburrimiento, nos da paz, nos llena de energía, nos convoca a dar lo mejor de nosotros, nos pone a hacer ejercicio, nos obliga ponernos bonitas, obliga a arreglarnos con lo mejor que tenemos para la ocasión, nos deleita ver a las migas tan saludables, tan felices, tan llenas de energía, nos llena el alma saber que atendimos bien, que se fueron felices, que se lo comieron todo, que disfrutaron los vinos y la sangría y que quedaste feliz.

Todo eso se devuelve en buena energía y seguro, que empezarás a recibir invitaciones. Da el primero paso, decídete a hacerte feliz.