No sé si estoy loca, o no veo bien o no entiendo a la gente, pero cada día me sorprende más esta capacidad de aguante, o de indiferencia de nosotros los colombianos, pero en especial de los paisas.

¿berracos? ¿Echados para adelante? No sé. Lo que sí sé es nos dejamos meter el dedo en la boca y quedamos babeando y sin saber que hacer.

¿Se acabaron los líderes? ¿Se escondieron? Tampoco sé dónde están porque no se asoman y los pocos que se atreven a sacar la cabeza, o los hunden a punta de investigaciones o les toca luchar contra los molinos de viento que les ponemos.

Tengo una historia personal que les quiero compartir.

Ya les he contado que, a mí, la política me encanta, pero no para leerla, sino para trabajarla y ahora estoy comprometida con dos campañas: una para gobernador y otra para alcalde de un municipio de Antioquia.

Por respeto a ustedes y a sus preferencias me abstengo de decirles cuál campaña para gobernador, pero la del municipio si se las cuento, porque se trata de Girardota y de mi sobrino Alejandro posada Jiménez.

Lo que sí puedo contarles es que estoy con ambas campañas, porque sus candidatos cumplen con los requisitos que uno como ciudadano consciente, que busca el bien común, quiere tener en un gobernante: que sean honestos, limpio de espíritu y de investigaciones, que las ías  (fiscalía, procuraduría, personería, etc. ),no lo persigan, que no se hayan robado jamás un peso, que sean profesionales, que amen su territorio, que estén rodeados de gente que quiere lo mejor para sus gobernados, que no se hayan enriquecido a consta de la gente, que su patrimonio lo puedan mostrar y que jamás hayan pedido coimas. En resumen: que no sea corrupto.

Pero también, porque uno como persona consciente quiere un gobernante que provenga de una familia decente, que le hayan inculcado valores, que tenga sentido social y que sea capaz de ofrecer un programa bueno para sus gobernados, sin promesas de populista barato, pero que se vea que aman su territorio y saben que es lo que necesitan y lo puede cumplir.

Miren, es poco exigente lo que quiero como gente normal que soy. Solo pido que me gobierne una persona parecida a mí y a la gente que quiere tener la honestidad y la ética por encima de cualquier interés personal, por eso estoy sorprendida, que habiendo candidatos así, las encuestas los pongan es puestos de tercería porque los encuestados pidieron o señalaron otros.

Francamente no entiendo y me duele que, ahora que estoy metida en estas campañas vea de cerca cómo mueven sus hilos, los candidatos que van de primeros.

Pagan las encuestas, alertan a sus pagados seguidores para que, si los llaman, digan que son la mejor opción, arman alianzas basadas en dinero, consiguen avales basados en dinero hacen propuestas incumplibles y como si fuera poco pagan por voto.

O estoy loca o el mundo se volvió al revés. Cómo va a ser que unos candidatos que a todas luces se enriquecieron ilícitamente, que no son buenos gobernantes porque cuando llegaron al poder le dieron la espalda a la gente a la cual pagaron por su voto, vayan a ser votados nuevamente por las mayorías, eso no me cabe en la mente, pues es avalar la corrupción, el mal populismo y es permitir que sigan abusando del poder para enriquecerse,

¿Cómo va a ser buen gobernante quien tiene un patrimonio tan grande y no tienen cómo sustentarlo, con el sueldo que ganan? Sigo sin entender que ese tipo de candidatos le guste a la gente. Juro que no me cabe en la cabeza.

Finalmente, por lo que veo, son las emociones las que mueven y siempre hay un elemento dinamizador que juega un papel importante y puede ser el dinero

Se necesitan agallas, ganas, capacidad de decisión y conocimiento para poder decirle no más, a esta corruptela que nos está carcomiendo hasta el alma y que muchos siguen ciegos o no quieren despertar y verla.