DE NOTICIAS A GUIRNALDAS
Nunca, pero nunca, pensé que yo fuera capaz y me decidiera a hacer un arte manual. Toda la vida verbalicé que mis manos solo me servían para escribir y acabó de descubrir que también son buenas para otras cosas.
Por invitación de unas amigas e insistencia de mi consuegra, acepté hacer un taller en donde nos enseñarían a hacer la decoración de navidad.
Ni me imaginaba como era y qué papel podría desempeñar yo, que jamás en mi vida hice o decoré mi casa de navidad. Siempre pagaba para que me hicieran los adornos y siempre encontré amigas y consuegras con la habilidad propia y el gusto para hacer y decorar en esta época tan bella y festiva.
Para empezar, debo confesar que amo la navidad, sus colores, su música, los dulces, las comidas, y sobre todo las reuniones de familia.
Mis padres siempre nos enseñaron a amar la navidad y pesar de que mi papá se fue en esta época que tanto le gustaba, nos pidió que su falta jamás ensombreciera estas fechas y por ello, la tradición continua y su presencia está viva, aunque no esté.
Pues bien, todo se proporcionó para hacer el taller y allí fui a dar. La promesa que se me hizo era que aprendería y que además iba a disfrutar en un ambiente de camaradería, alegría y nuevas amistades.
Cuando llegué al sitio donde era el taller el impacto fue estremecedor.
Todo era hermoso, amplio, dispuesto, decorado como en sueños, con música de navidad, mesas grandes para trabajar, material disponible, sonrisas por doquier y la felicidad reinaba.
Llegó la hora de presentarnos y lo que temía salió cierto, era la única que no tenía idea de hacer nada. Las demás, todas, sin excepción eras profesoras, decoradoras de bodas, de navidad, tenían almacenes en épocas como la de diciembre, decoraban casas, etc. y yo ahí en medio de tantas sabias, pero todas divinas y sentí el apoyo.
Las anfitrionas nos estaban esperando con alegría, nos tenían una profesora de Bucaramanga, un profesor de Venezuela y tres más de Medellín, todos sabios en estas artes de la navidad.
Nos enseñaban con argumentos, no por hacer solamente. Nos contaban las historias de donde había salido cada cosa que hacíamos, el porqué de los colores, el porqué de los pines que se ponían, el porqué de la distribución, las razones para hacer centros de mesas, por qué las chimeneas se adornaban y en fin, siempre había razón para cada paso que dábamos en decoración.
Para resumirles, APRENDIIII, quien lo creyera, aprendí a hacer coronas, a armar un árbol con estilo, a conocer la paleta de colores, a poner las instalaciones del árbol sin enrredajos y con gusto, a decorar en orden y con estilo, a poner lo que se usa, a combinar a decir pines en lugar de adornos, a hacer moños increíbles, a empacar regalos de todos los estilos, a empacar botellas en tela, a utilizar hasta el papel periódico con gusto, a poner la mesa navideña e hice la guirnalda para mi chimenea.
Pero lo mejor de lo mejor, fue que como abuela encontré nuevas amistades, una forma de diversión aprendiendo y mucho mejor, a disfrutar con la sencillez de la naturaleza, a respetarla y encontrar en ella los adornos que embellecen el árbol de navidad y las guirnaldas.
Y no importa que la navidad arranque en noviembre, después de tanto trabajo, de tanto aprendizaje, y de tanto amor por la navidad, vale la pena saborearla más tiempo, ver la casa bonita, recibir las amistades en otro ambiente y esperar a los hijos y nietos en diciembre con una casa hermosa y un alma llena de amor. Para que más.
Qué decoración de navidad tan supremamente hermosa, manís prodigiosas, buen gusto, en fin, mucho talento.
Hermoso todo felicitaciones
Felicitaciones Toya, todo te quedó muy bonito.
Espectacular todo. Que rico que aprendiste esas manualidades. Ya me puedes ayudar!!!!
Maria Victoria!! Me encantó leer esto!!
Felicitaciones que decoración tan hermosa!! Te espero en mi casa!!! Jaja
Que lindo aprendizaje!
Inspira!!! 🎄