A Quien te quita la autoestima, no lo escuches.
Quien te ningunea, no es para ti.
Si vives con miedo, enfréntalo.
Si te va aporreando psicológicamente, busca ayuda.
Si te están maltratando de palabra, no oigas.
Si el bulling está en tu casa, enfréntalo.
¿Y si te GOLPEA, que haces ahí?
Y si te ven débil y abusan de ti, es hora de sacar las uñas y mostrar de que estás hecho.
Esto va para hombres y mujeres y para todos aquellos que se sienten autorizados a destruir de palabra y obra a quienes ven débiles, a quienes tienen pobreza de espíritu o simplemente a quienes, por buenos o viejos, los desprecian y obligan a hacer lo que quieren aún en contra de su voluntad.
Este cuento viene a colación porque como todo lo mío, lo escuché en una conversación entre amigos en donde salen a flote historias que me dan pie para escribir.
Escuché por ejemplo de alguien que tiene a su esposa enferma pero no tonta y en lugar de ayudarle y apoyarle le quita todo el poder en su hogar. Ya ella no decide qué hacer con su dinero, sino que él la crítica de tal forma que ella le tiene miedo y se abstiene hasta de salir con sus amigas para evitar sus críticas.
También escuché de cómo unos abuelos apenas en los setenta, tienen que aguantarse a sus hijos que piensan que son sordos y ciegos y que ya no tienen capacidad de decisiones y terminan dándoles ordenes de qué hacer, al punto que ya ellos creen todo lo que les dicen. Ha sido tal la cantaleta que compraron audífonos, sin necesidad y a pesar de que el examen médico les dio bien, pero con el fin de no tener que soportar esa lora de que están sordos, prefirieron comprarlos.
Cuando estamos mayores, muchas veces los hijos notan el cambio, pero exageran para bien, pero muchas otras para atormentarlo a uno. A veces se les va la mano en atenciones como darte la mano para levantarte, así no te duela nada, prefieren hacer ellos algunas tareas, con tal de que tu no te muevas y te hagas daño, si te ven montada en una silla limpiando o colgando un cuadro, el grito se oye en África, porque, ¿qué tal que te caigas?, eso es bueno, pero uno también calcula hasta dónde puede llegar.
Pero cuando esos cuidados se exageran y te obligan a tomar decisiones drásticas, como llevarte a una casa o refugio donde te hagan todo, o te consigan enfermera y trabajadora y no puedes hacer nada porque ellos saben todo lo que haces, eso es malo, eso en verdad te envejece y enferma.
Todo en exceso es malo y hace daño, eso nos va quitando la autoestima y nos hace inseguros, tontarrones, propensos a enfermarnos por el estrés que nos causa tanto cuidado y de que de verdad nos vean mas viejos y enfermos de lo que estamos.
Por eso queridos amigos, tenemos que ser honestos con nosotros mismos y saber reconocer nuestras falencias en materia de salud y si estamos bien, decirles claramente como nos sentimos, pero si de verdad tenemos algunas dolencias manifestarlas, pero indicarles que no estamos de muerte y que lo que necesitamos es quien nos vea y nos medique o ayude.
Pero también la violencia callada nos enferma, el que nos ignoren, el que todo lo que hacemos no tiene nada de gracia, la falta de admiración, la falta de detalles, la criticadera a todos lo que nos ponemos, decimos u opinamos, eso nos aporrea, “la ninguniadera”, ese trato despectivo, hay que manejarlo, pararlo y correrle, porque nos puede llevar a la depresión y de ahí en adelante, todas las consecuencias que ello trae. No permitamos que nos ignoren, impongamos con respeto y firmeza lo que pensamos y hacemos.
Siempre he pensado que, si uno le tiene miedo a alguien, en este caso al esposo, o esposa, o a los hijos, o al familiar que te ayuda, hay que enfrentarlo. Nada le da derecho a un mal trato, y la mejor forma de hacerlo, es hablando, comunicando nuestros sentimientos y hacerles ver cómo nos sentimos.
La violencia psicológica viene de todos lados y hay que saberla reconocer, para no permitirla, porque aporrea mas que la física, te vuelve impotente, débil, miedoso, a toda hora asustado. Esa también se resuelve buscando ayuda profesional y hablando.
El bulling en las familias también se da y es frecuente, porque la burla esta en todos lados y si te ven débil y sin alientos, tus opiniones no valen, dan risa, no son para hacerle caso, por ello, hay que empoderarse de quien es uno en la familia y con la firmeza por delante, manejar las situaciones de tal forma que, todos sepan que no eres nadie, sino que eres un miembro más, con derechos y que mereces el respeto.
Todo esto para decirle que estamos a tiempo de manejar nuestro futuro, que no podemos dejarlo en manos de otros así sean familiares amigos o hijos,
Siempre los he invitado a que hagan su testamento de deseos, y si hay dinero, pues también, pero es mas importante el testamento de deseos, porque en él, puedes escribir lo que quieres que hagan contigo, cuando ya no puedas decidir, o moverte, cuando tu memoria te falte o tus piernas no respondan y te veas en silla de ruedas, o cuando de verdad, el cuerpo no aguante.
Nada mejor que hacer lo que uno quiere y poder morir feliz y tranquilo y dejar un ejemplo de vida y muerte, digno de copiar de ahí en adelante a todos. Piénsenlo, aun es tiempo, no lo dejen para cuando ya para qué. De no hacerlo, ya sabes lo que te espera. Harán contigo lo que los otros quieran y no habrà ni tiempo ni fuerza para sacudirnos, dejarlos u organizarnos.
EXCELENTE SUGERENCIA Vicky!
El testamento de deseos y de dinero es indispensable hacerlo a tiempo para evitarnos y evitar problemas a quienes nos acompañen hasta el final.
María, es muy acertado tu testamento de deseos, debemos evitar y huir del maltrato verbal, lo importante es nuestra paz y tranquilidad