Suena raro, pero en este espacio, que será especial y ojalá de gran ayuda, obviamente desde mi condición de abuela, trataré de aportar en algo a quienes, como yo, tienen un nieto autista.

Si, tengo un hermoso e inteligente nieto autista de dos años, el cual nos ha enseñado y obligado a aprender lo que nunca en la vida imaginamos.

Jamás tuvimos en nuestra familia a nadie con esta condición, pero hemos entendido, aceptado y poco a poco aprendiendo.

Sebastián, así se llama mi nieto, como lo ven la foto es un niño maravilloso, porque para quienes no lo saben, el autismo no es otra cosa que un “trastorno psicológico que se caracteriza por la intensa concentración de una persona en su propio mundo interior y la progresiva perdida de contacto con la realidad exterior”, así lo define el diccionario y así es, solo que no tan crudo, trae muchas cosas mas para mirar, analizar y por supuesto para trabajar en quienes tienen esa condición.

Cuando conocimos el diagnóstico dado por los profesionales de Estados Unidos, lugar donde vive Sebastián con sus padres y su hermana mayor, fue un impacto gigante. ¿Uno se queda sin aliento y lo primero que se pregunta es por qué nosotros?, porque este niño?, ¿qué pasó?, ¿quién tiene la culpa?, ¿de dónde vino esto?, ¿qué vamos a hacer?, ¿a quién acudimos?, ¿quién nos va a ayudar?, ¿cómo le vamos a hacer? ¿Tiene su mamá que salirse del trabajo? ¿Dónde estudiará?, ¿vamos a contar este tema a nuestra familia, amigos, conocidos? ¿Qué vamos a hacer? ¿Es para toda la vida? Locura total, cimbronazo inicial, aterrizaje forzoso.

Por fortuna, mi hija y yo, tenemos reacciones fuertes y tomamos decisiones en caliente que nos hacen ver duras, aventadas, pero decididas. Mi esposo es calmado, mi polo a tierra, inteligente para hacernos llegar a las decisiones acertadas y sobre todo es un apoyo incondicional que nos mantiene aterrizadas.

Aceptado el diagnóstico y entendidas las reacciones, vinieron las respuestas a cada pregunta antes mencionadas, una a una se las iré contando porque como les dije anteriormente, la idea es aportar y ayudar.

Solo les adelanto dos cosas: Dios pone los “problemitas”, pero también te envía ángeles que se te aparecen, aun sin pedirlos, para ayudarte. Por ello, y adelantándome a una respuesta, nosotros como familia, decidimos hacerlo público. NO NOS DA PENA, ASI DE GRANDE, por el contrario, hemos crecido tanto juntos que la idea es compartirlo y colaborar en algo. La segunda cosa es que Sebastián va bien, los logros se notan, falta mucho si, pero la fe, y la pasión y el amor con el cual se está trabajando, está dando frutos. ¿hay mucho más por hacer?  uffff, toda la vida, pero rendirnos jamás.

Aquí mismo, en este espacio, tendremos a la familia, a los especialistas, a los ángeles y las instituciones y por supuesto a personas autistas que ya alcanzaron su grado de inclusión y son jóvenes y adultos sobresalientes.

Si conoces abuelos y padres o a alguien que esté cerca de ti y tengan personas con autismo, anímalo a leer esto y a participar en él. Te lo agradeceríamos. La ayuda nunca sobra.

¿Y por qué me salió autista? Ya se los contaré