Nunca me había pasado que, cuando me reúno con alguien o con mis grupos de siempre, siento el nerviosismo a flor de piel en todos.
Eso me hace ver que todos mis amigos, tenían puestos los huevos en la misma canasta y que al igual que a mí se nos cayó y todo se quebró.
Pero también, he sentido ese mismo temblor en las empresas, las fundaciones de carácter social, el comercio, los negocios, los ganaderos y hasta en quienes prestan el servicio de transporte.
Veo que el país en general para bien o para mal está nervioso y me incluyo.
Cuando hablo con mis amigos, el decir es: “este país pasó de bobo a bruto” y todo por los resultados de las elecciones.
Pero de política no voy a hablar, sino de lo que produce la incertidumbre y lo que sucede cuando no se camina juntos.
A mí me pone nerviosa, el nerviosismo de los demás, porque quienes me rodean lo están y me asusta más, saber que todo está en stand- by, esperando a ver qué pasa.
Está claro que nos va a tocar ser inteligentes y hasta adivinos para saber elegir en estos tiempos de cambio.
Inteligentes, porque la verdad nos pegó en la cara y nos dijo que hay que cambiar el chip de la comodidad, por el del cambio total, con movimiento telúrico porque hará temblar todos los cimientos de lo que hoy llamamos tranquilidad, por incertidumbre.
Pero si bien esta sensación se vive en buena parte del país, ello nos debe servir para pensar en unirnos, para dejar odios y acolitar guerras, para dejar de multiplicar en redes tantos mensajes que solo hastían e incitan a seguir guerreando.
Y quiero aprovechar aquí, una reflexión, que escuché en un encuentro de egresadas del Colegio de la Presentación, hecha por la Madre Provincial y aunque ella no hablaba de política en su discurso, yo voy a tomar unas de sus palabras para acomodarlas a la situación de hoy y no incluyo comillas, porque no las tomaré literalmente, sino que las aprovecharé para que pensemos y actuemos.
Ella como todos los ciudadanos de este país, sabe que hay que mirar el cambio como algo inminente, y al hacerse la pregunta, de ¿qué debemos hacer?, propuso algo que desde hace tiempos habíamos dejado a un lado: empezar a caminar juntos, con nosotras, con los otros y con todos, ya es hora de revisar el equipaje que venimos cargando desde hace tiempo, porque al hacerlo, vamos a poder ver qué es realmente es lo esencial, lo que necesitamos, lo que no nos va a sobrar, lo que nos va a ser útil.
Revisar siempre, lo que llevamos, es importante y hacerlo cada día es necesario, para poder ir botando lo que nos hace mal y de la respuesta que demos a este caminar juntos, libres de ese equipaje cargado de odios, dirá cual va a ser nuestro compromiso con el país, con nuestras familias y con nosotros mismos, y de todo lo que seremos capaces de hacer para que el mundo pueda contar con nosotros.
De la respuesta que demos a esa pregunta de qué es lo que vamos a hacer para mejorar este clima de nervios, de temblores, de miedos y de sustos, la respuesta que demos individualmente hablará de nuestras certezas, de nuestros propósitos, cualquiera sea la edad que tengamos y ello nos llevará a poder caminar juntos y redescubrir la esperanza, sin derrotismos y siempre confiados.
No permitamos, ni sigamos haciendo parte del engaño, de la falta de respeto, de la humillación, de las malas palabras y expresiones insultantes que vienen de todos lados y por todos los medios, de los vídeos vulgares desde el volante de un carro, de las redes enredadas, y del extremismo llevado hasta el odio.
No seamos más, títeres de nadie, no multipliquemos ni enviemos correos, memes, discursos, escritos y demás temas relacionados con la política de muerte, odio y divisiones, seamos como abuelas y abuelos, madres y padres de familia, jóvenes y viejos, considerados, con sentimientos y pensamientos positivos, coherentes para ser mejores y caminar juntos para poder estar en paz y disfrutar de esa virtud tan escasa hoy en día como es la lealtad, solo, de esta manera, nuestro proyecto de ayudar al mundo nunca se truncará y nos permitirá avanzar en el camino.
Nada ni nadie, puede arrebatarnos la esperanza, nada ni nadie, merece que nos distanciemos de nuestros amigos y familiares, nadie nos puede amenazar porque pensamos diferente, todos tenemos derecho a pasar la página del miedo y a continuar adelante, unidos como amigos, como familia y como país. Animo.
Excelente visión de la realidad, y grandes consejos para actuar.
Dios permita que todos tomemos conciencia y hagamos la mejor elección para beneficio del país y de nosotros mismos
Es verdad estamos viviendo una incertidumbre…. Todo en manos de nuestro creador Dios. La oración por nuestra patria Colombia . Tener conciencia.
Fondo que desfonda.
Ingenio en el genio del buen ilvanar ideas
Totalmente de acuerdo, la esperanza de nuestro País está en cada uno de nosotros,