Hoy, dos de abril, es el día dedicado al autismo, es el día para tomar conciencia sobre lo que en realidad es: una condición, no una enfermedad y mucho menos un problema.

Ya lo saben, tengo un nieto con autismo, un hermoso, inteligente, amoroso y tierno nieto que, como él, sigue trabajando de la mano de sus padres y de sus terapeutas para tener su lugar en el mundo.

De ahí la importancia de darnos a la tarea de conocer un poco sobre este tema. No importa que no tengas cerca a alguien con esta condición, si de verdad quieres ilustrarte, estarás ayudando a miles de niños y jóvenes que son neurodiversos y que quieren ser incluidos sin señalamientos.

Es la oportunidad, para que al menos por hoy, busques información en las redes de lo que es el autismo y ayudes a miles de padres que a diario tienen que luchar, no con sus hijos autistas, sino con los amigos, la familia, los colegios, los padres de familia etc, que no saben ni de TDA, ni de inclusión y por eso no ayudan, sino que ofenden.

No hay nada más duro para un padre de familia con un autista en casa, que le digan frases como “tranquila que eso se le pasa”, “yo lo veo igual a mi hijo”, “yo lo veo bien, no le noto nada”, “tranquila que son pataletas, al mío también le dan”, “no te preocupes, eso no es para toda la vida”, “debes tranquilizarte y dejar de ser tan preocupada”. NO Y NO, ASÍ NO ES.

Eso es desconocimiento total y absoluto y además esas palabras caen como golpes en la cara a los papás y mamás, que vienen luchando y trabajando por entender, aprender y sacar a sus hijos a delante.

Dicen que la ignorancia es atrevida, pero hay casos en que también es ofensiva, por eso es importante conocer del tema para poder hablar y si no lo sabe, pregunta, no opines, no pontifiques, sin saber lo es que es vivir esta condición.

Hablando con mi hija acerca de cómo se sentía a tres años de haber sido diagnosticado su hijo Sebastián con autismo, me dijo: “de todo lo que he aprendido, siento que no se nada, cada día es diferente, cada día es un aprendizaje”, y añadió que, “de todo lo que he visto y aprendido, el tema de la inclusión es el más duro, porque casi nadie conoce qué es el autismo y ello no ayuda”.

Y eso es cierto, porque he visto que ni siquiera los colegios saben del tema. Muchos dicen ser inclusivos porque permiten que una terapeuta acompañe al niño todo el día, pero así no es, eso no es inclusión. Se necesita estar preparado para trabajar con niños con autismo o con cualquier otra condición.

Se requieren profesores y maestros con conocimiento sobre neurodiversidad, no maestros a los que les de miedo recibirlos y prefieran dejarlos a un lado en lugar de incluirlos.

Los niños con condición de autismo son muy inteligentes y detectan con facilidad quien es quien, por eso cuando ven un adulto asustado, saben que lo pueden manejar y obviamente no hay interacción, ni integración y el adulto, prefiere dejarlo que haga lo que quiera porque no tiene autoridad ni conocimiento.

Pero la inclusión también se tiene que dar con los amigos y las familias. Y si bien, no es una noticia fácil de asimilar, cuando ya se acepta por parte de los familiares, éstos prefieren no hablar del tema y cuando lo hablan, lo hacen dándose esperanzas que no siempre van a ser reales.

En la mayoría de los casos, a las familias no le toca lidiar con el tema, sino cuando ya todo está resuelto y tampoco hacen el esfuerzo por consultar, leer o aprender acerca del autismo, porque todavía tienen miedo. ¿Comprensible? Sí, es comprensible, pero entonces, no hay autoridad para opinar y sentenciar.

Con los amigos es diferente, ellos aceptan de inmediato y se vuelven solidarios e inclusivos, pero ¿Hasta qué punto? Hasta que pase algo que los saque de su “conocimiento” y no sepan cómo reaccionar, por eso, hay que tomar conciencia si se quiere ayudar como debe ser.

La falta de conocimiento hace que sin querer queriendo, muchas personas se expresen con frases que son como cachetadas, y que reflejan que no son inclusivos, como cuando te dicen “yo no lo veo tan grave”, “es igual al mío”, “no todos los niños crecen al mismo ritmo”, “Yo no lo veo tan horrible” o “dale tiempo para que se mejore”, ahí se nota que no saben del proceso que están adelantando los papás de un niño con autismo.

Dicen quienes conocen del tema, que la personas por educación y decencia afirman que son inclusivos, pero en su mentalidad, no lo son. Todo esto se da por falta de información y por la comparación que se hace entre un niño autista y otro que no lo es. Y aquí les doy una noticia por si no lo sabían: Los especialistas aseguran que no todos los niños autistas son iguales. Todos manejan situaciones diferentes, unos, tienen problemas de comportamientos, otros del lenguaje, algunos los dos y así por el estilo.

Y también les doy otra información, el autismo no se cura, se adquieren herramientas para poder vivir su vida, pero no se va a curar. Cambian muchas cosas, pero no porque ya se defiende bien con el lenguaje, el comportamiento etc, está curado y no es así. Lo que podrá es vivir con normalidad.

Adquirir la conciencia sobre lo que es el autismo es un tema complicado, pues no es obligatorio hacerlo para quienes no lo tienen, y quienes sí lo tienen a veces no saben tampoco como informarlo.

Por eso, y como abuela de nieto con autismo, es que me di a la tarea de poner dentro de mi blog, un link dedicado a hacer visible el autismo, a partir de mi conocimiento como abuela y como abuela responsable que se documenta, estudia y busca ayuda para entender mejor a su nieto y a sus papás.

Hoy 2 de abril día del autismo, es la oportunidad que tenemos para ventilar que, hay en el mundo muchos niños azules (porque es el color que los representa y porque son las diferentes tonalidades de azules las que representan, los momentos que pasan las familias y los niños, mientras ven respuestas positivas) que necesitan de su ayuda.

Es una oportunidad para pedirles que en sus redes sociales multipliquen la información que sobre este tema salga y para que busquen en páginas que sean serias, lo que es el autismo y lo que es la inclusión, para que muchos como mi nieto Sebastián puedan encontrar su lugar en el mundo y no cualquier lugar, sino, el mismo de todos, en donde no haya diferencias, ni discriminaciones, ni miradas acusadoras, ni dedos señaladores, sino afecto, buen recibo y apoyo.