Tengo por costumbre escuchar a las personas hablar y de todos los temas, la mayoría hablan de tristeza, quejas, lamentaciones y laceraciones, pero entre todos, escucho siempre a los que  menos hablan, a los callados, a los que yo sé, que de lo que hablan, sufre y que no tiene ni las ganas , ni los alientos para conversar por muchas razones, entre ellas: el miedo a escucharse, el miedo a enfrentarse, el miedo al juzgamiento, el miedo a no sentirse involucrado, el miedo a saber que, lo que le sucede no es culpa de los otros, así haya pasado por muchas situaciones dolorosas, sino el miedo a saber que es él, el que tiene que reaccionar, en resumen al miedo a todo, pero en especial el miedo a enfrentarse a sí mismo.

Muchas veces nos damos rejo, nos damos madera, culpamos a los demás de las desgracias, culpamos al pasado que dejó huella o nos marcó, a la separación de los padres, al divorcio, a los padres por no habernos dado oportunidades, pero no vemos que los verdaderos dueños de nuestro destino somo nosotros mismo,

Y les tengo una noticia: nadie en la vida, y cuando digo nadie, es nadie, va a sacarlos de la olla donde se encuentran. Solo uno mismo lo puede hacer. Si no miras para adentro, si no cambias de vocabulario, si no te paras y te dices YO PUEDO, jamás saldrás de donde estás.

No es mala suerte, no son malas energías, eres tú, quien debe tomar la decisión de cambiar el lenguaje y empezar a decirte. Yo soy capaz, voy a trazar mi sueño, voy a dejar de quejarme, voy a buscar mejores oportunidades y voy a empezar a trabajar por lo que quiero, sin miedo a que me juzguen.

Uno lo ve fácil, pero no es así, volverás a encontrar tropiezos, disgustos, frustraciones, pero ahí es donde mides tu resiliencia, es ahí donde descubres de qué eres capaz de hacer por ti mismo, es así donde te sacudes y sigues.

Hay sugerencias para hacer que, la depresión momentánea que se siente cuando estas mal se alejen. Una de ellas es el ejercicio, salir a caminar es la primera, ir al gimnasio o simplemente meditar. Otra, es cambiar ese lenguaje acaba ropa que manejamos, donde nos damos fuete a cada rato, donde en lugar de vernos lo buenos que somos decimos lo malo: es que no sirvo para eso, es que no sé hacer eso, es que mi cabeza no me da, es que soy feo o fea, es que…. Y así mil cosas.

Pensar en positivo es otro cambio que hay hacer: soy bueno para hacer esto, soy mejor en esto otro, manejo muy bien tal tema, soy capaz de… y poco a poco van saliendo esas habilidades escondidas que tenias bien guardadas por miedo, o porque el bulling que te hicieron te lo creíste o porque cometiste un error y eso te marcó.

Hoy día del amor y la amistad, permítanme darles la última sugerencia: tengan amigos, sean amigueros, tengan barras de todas las especialidades y colores, salgan con ellos, busquen compañía, disfruten de reírse, disfruten recordar, no se queden todo el día en la casa rumiando ansiedades, jueguen con sus hijos, inviten a sus nietos a tomar el algo, salgan con su compañero al parque a comer helado, solo así verán que pensando en positivo vamos a salir a adelante y nos vamos a quedar ahí.

PD: para ustedes mis queridos lectores, va todo mi cariño y agradecimiento por ser mis amigos virtuales mas queridos a quienes quiero conservar porque me atienden y me ayudan a seguir viva. Se les quiere y disfruten este día.