Definitivamente la vida es para gozarla, vivirla bien y disfrutarla, con sus subidas y bajadas, sin quedarse en las bajadas y con la fortaleza siempre, para seguir adelante.

Este 17 de enero cumplo 70 años de edad, soy modelo 54 y hasta la fecha soy un modelo original, al cual le han llegado los años, pero me los he gastado todos y vivido con intensidad, bien, agradeciéndole a Dios y a la vida por permitirme llegar a esta edad sin mayores dificultades y por haberme dado la capacidad para sortear todo lo que me puso de frente y salir airosa de ello.

Pero si ustedes me preguntan, ¿Que si me estoy poniendo vieja?, tendría que decirles que no, nunca, jamás. Les diría que primero muerta que arrugada, o aburrida o desencantada de la vida.

Siempre he aceptado mi edad con alegría, jamás me he negado los años porque como se los dije antes los he disfrutado. Pero obvio, setenta son setenta y lo que me queda de vida seguramente es mucho menos, pero deseo seguir viviendo lo que me falta con la misma alegría de siempre y con metas mas a corto plazo, pero intensas.

Ahora, si me preguntan que, si voy a vivir acorde con mi edad, también tendría que responderles que no. Sé que son muchas décadas, o como me dijo una vez mi nieta: “¿70?, ya casi te mueres”, pero creo no lo haré y aunque solo el de arriba lo sabe, quiero seguir viviendo para servir, para ayudar, para devolverle a la vida lo que mucho que me ha dado.

Quiero seguir adelante con mis años, para disfrutar de lo que sembré. Ver crecer a mis nietos y ayudar y ayudar de acuerdo con mis condiciones a quien lo necesite a través de mi Club Rotario Medellín.

No viviré acorde con mi edad, porque mi mente sigue funcionando cada día con mayor plenitud, porque me hace sentir viva, porque todavía doy palo como decimos por estas tierras y mientras tenga salud, lo que sigue es para adelante, porque para adelante es para allá. Soy de las que cree que cuando una mujer es todoterreno, lo que tiene son caminos para avanzar.

Quiero seguir siendo la que soy: sencilla en mi vida, pero no corriente, humilde en mi actuar, pero jamás sumisa, amable, pero no pendeja y como lo que siempre he sido una señora, ya de edad y de la tercera edad, pero de carácter sexapiloso, léase bien, de carácter.

La latonería y la pintura siempre las tendré presente, hacen parte de mi ritual diario, pero he descubierto que menos, es más, es decir, menos maquillaje, pero sí, uno tenue que me haga sentir y ver bien, menos comida, pero mas sana, porque no quiero que me duelan las rodillas, menos sedentarismo y mas ejercicio, a mi ritmo, pero diario para mantenerme en forma y poder trabajar en lo que me gusta y menos canas, porque para eso se inventaron las pinturas.

También estoy aprendiendo a soltar lo que no es mío y he dejado de llevar sobre mis hombros cargas ajenas, aprendí a leer más y a ser selectiva con los libros. Busco los que me hagan sentir bien, que no sean solo porque están de moda, sino de modo de aprender y conocer mejores escritores, temas y ejemplos de buena vida. Entendí que el cine en casa es bueno, pero es mejor ir al teatro con crispetas, perro y gaseosa a ver a lo grande, una buena película. Hay que aprovechar los martes y miércoles que los cines son mas favorables o a aprovechar también los descuentos que nos dan por tercera edad, sin pena, con orgullo. Lo mejor de esta edad también la estoy entendiendo y no me da pena recibir las bondades que ésta nos brinda.

Confío en que me volveré mas serena y sin tantos apuros, que manejaré con dignidad y entereza los años que Dios me dé, que querré cada vez a mis hijos, nueras, yernos y doblemente a mis nietos, también trataré de no acelerarme mucho y combatir mi ser primario, seguiré escribiendo porque amo hacerlo y mantendré a mis amigos porque ellos me dan alegría.

Me encanta sentir a esta edad la placidez que da no tener que madrugar por obligación, desayunar y quedar libre para hacer lo que quiera, aunque a veces mi agenda personal es más ocupada que cuando laboraba, pero la diferencia está en que solo se llena de trabajos y quehaceres que me gustan y que son mi decisión.

No se apuren ni se quejen por la edad. Si han vivido a conciencia, disfrutarán de una vejez maravillosa, si sembraron, seguro tendrán a su lado a sus seres queridos pendientes de ustedes, si perdonaron, no tendrán cargos de conciencia con nada ni con nadie. No hay que olvidar que la vida es un ratico y hay que vivirla a plenitud.

Por ahora voy a celebrar mis setenta, agradecida con Dios y con quienes amo, ustedes incluidos.