Tanta reflexión en esta semana que recién pasó me hizo pensar en todo lo que tenemos que hacer antes de que la vida acabe, pues como no sabemos ni el día ni la hora y ante tanta enfermedad que se nos ha presentado entre amigos y familiares, veo como en espejo, la fragilidad de la vida.

Hoy estás bien y mañana amaneces con alguna dolencia inesperada o el anuncio de la muerte de una persona querida que la “pelona” se lo llevó de sorpresa y aunque decimos que es la muerte del justo, es eso, una muerte por sorpresa y quizás dejó mucho por hacer, decir y actuar.

Por ello, hoy quiero Invitarlos a hacer de aquí en adelante, todo lo que nos hemos guardado para después, pero la verdad, es mejor hacerlas hoy como si no hubiera un mañana.

Me refiero entonces a decir te amo, a esas personas que de verdad necesitan saberlo de tu boca y no solo una vez, sino muchas de hoy en adelante. ¿Para qué guardarnos ese te amo en la mente cuando en realidad decirlo llena el alma de quien lo recibe y satisface esa respuesta amorosa que nos dan?

Igual pasa con el abrazo. No seamos cicateros con las demostraciones de afecto. No nos de pena abrazar fuerte al saludar, abrazar a quien amamos de verdad, abrazar a los hijos cuando están caídos, tristes o felices, mantengamos los brazos extendidos para expresar lo que sentimos por el otro o por los otros, sin pena, solo con la emoción que nos da verlos.

¿Y para qué seguir cargando con ese sentimiento de odio, cuando lo más fácil es perdonar? Perdona ya, perdona a diario, así el ofendido hayas sido tu. El perdón descarga el alma y hace feliz al corazón. Y si ya mañana no estás, ¿para qué llevarte esa carga? Recuerda que el sujeto de nuestro odio, ni siquiera está enterado y si lo sabe ni le importa. Alivianémonos de esa pesada carga que traen los malos sentimientos.

Si para nosotros no hubiera un mañana, hagamos esa visita que tenemos aplazada y que cada vez que pensamos en hacerla, nos sale una disculpa perfecta para aplazarla. Ve a visitar a tu hermano, a tu vecina, a la amiga enferma, a la aliviada, a la abuela que está en un Refugio, a la mamá del amigo que está lejos, hazlo y disfruta de esa compañía, verás la cara de alegría o de sorpresa que pondrán al verte.

Como no sabemos si mañana estaremos, sentémonos un largo rato a no hacer nada, a tomarnos el mejor café del mundo solas y solos en la casa, en el sofá, en el jardín, sin pensar en todo lo que tenemos que hacer. Que nada nos Importe porque ahora es el momento de no hacer y lo importante es ese café caliente tomado despacio y sin afán.
Pero igual, saca el rato para tomártelo con el vecino, con el amigo, con la compañera de colegio, con el compañero de nuestro primer trabajo que hace rato no vemos. Se vale “perder el tiempo “degustando un café con quien queramos. Abre tu casa, hermosa o humilde e invita a ese café, a esa charla espontánea, abre tu casa como tus brazos.

Por si mañana no estamos has esa llamada que a cada rato piensas que debes hacer y que te da susto o miedo porque quizás no te reciban bien. No importa, hazla, si te va bien, creciste una amistad y si no, tu corazón quedara tranquilo para siempre porque lo intentaste. Llama a la abuela, al abuelo, a la tía soltera, al amigo de antes, a lo mejor siguen solos y escucharte será un bálsamo para sus oídos y sus vidas.

¿Qué tal si mañana no estamos y dejamos en punta ese encontrón que tuvimos con algún hijo? Para qué dejarles remordimientos a ellos, da el primer paso. Si hay frialdad en la respuesta, no te inquietes, más tarde llamará y dulcemente reanudará el cariño.
Nunca dejes en punta esa conversación pendiente con tu hijo, amiga, o amor. Termínala. Quizás mañana no estés y no vale la pena dejar tristezas en el corazón de los demás, así tú ya estarás tranquila en el más allá.

No seas tacaña con los regalos y detalles, ofrécelos no solo como muestra de amor, sino también de reconciliación, de afecto, de cariño. No tiene que ser nada costoso, algo simple, inclusive hecho por ti, eso demostrará más el gusto con el que lo hiciste. Se detallista con tu pareja, con tus hijos, no solo con presentes, sino con palabras. Que mejor recuerdo podemos dejarles, que las maravillosas enseñanzas, frases, palabras dichas a tiempo y que se graban para siempre.

Besa, besa mucho como si no hubiera un mañana. Derrocha besos que son baratos, pero hazlo por amor, por afecto, por cariño, porque se lo merecen, porque hay que felicitar, porque es mejor dar un beso que regañar, eso crea desconcierto y deja una enseñanza. Un buen beso de amor, de afecto, marca para siempre.

Saluda con cariño, aunque no te contesten. Saluda en el ascensor, en la iglesia, en el estadio, al vecino, a tus trabajadores, a quien te atiende a diario, a quien tan bien te sirve. Se generoso con el saludo y hazlo de corazón, mirando a quien saludas y con felicidad.
Saluda sin complejos, sonriendo, deseando buen día, buena jornada, e invitando a disfrutar del día y todo lo que hagan. Eso da ejemplo y saca sonrisas.

Y vive el hoy con intensidad, porque mañana será otro día y no sabemos que podrá pasar. Por eso los refranes son sabios: no dejes para mañana…… termínalo.