Muchos de ustedes quienes me siguen, no son abuelos aún y otros no lo serán, pero me han pedido que hable de quienes sin serlo se sienten mas abuelos que ningún otro porque aman tanto a los hijos de sus sobrinos que tal lo sienten. La verdad es que estos abuelos son lo máximo, sobre todo para los sobrinos, porque siempre están disponibles, nada les duele, no les da pereza, corren y juegan cual niños y los sobrinos-nietos los aman.

Tengo a mi alrededor amigos con esta condición y hasta se burlan de ellos mismos porque se declararon “abuelos estériles” y hablan de los niños como si fueran realmente sus nietos. Lo sienten así, los tratan como tales y son realmente unos “titos” o “nanas” maravillosos.

En el mundo de hoy ya no es raro escuchar que no se quiere tener hijos y en su lugar adoptan un animalito como mascota a quien le entregan todo su cariño y amor y por ello, muchas parejas en edad de ser abuelos, no lo serán nunca. Si bien es una decisión respetable, a veces, quienes quieren ser abuelos agobian a sus hijos con sus quejas y reclamos. Esto no hay que hacerlo, pues bien, cada pareja es dueña de sus decisiones y aunque es un deseo cierto, existen maneras de satisfacer esos deseos de ser doblemente amados como algunos dicen, y por ello, muchos buscan a sus sobrinos para apoyarlos y darles el amor que se han guardado.

Pero no todo es felicidad, hay veces que estos tíos abuelos, por tanto amor que dan, des -educan a los niños, los convierten en pequeños tiranos a los que hay complacer inmediatamente y cuando llegan sus padres… ¡en cuáles se ven ante una pataleta de marca mayor de sus hijos!

Se vuelven demandantes de todo: de comida, de juego, de juguetes, de atención y si no se les complace se tornan rebeldes, llorones, contestan feo, hacen pucheros y dejan de ser responsables con su deberes y tareas. Por eso, cuando vamos a aceptar un servicio o un apoyo de estos abuelos, debemos aceptarlo, pero con normas claras.

Con amabilidad, con delicadeza y sobre todo con mucho amor y agradecimiento, los papás deben explicarles cuáles son las condiciones con las cuales están levantando a sus hijos. Explicarles las rutinas, los deberes y derechos, los tiempos de juego y de responsabilidades, los horarios de los medicamentos y cuáles y dejarlos marcados con las horas y dosis propias, cuando los tengan que tomar. Alertarlos sobre cualquier inconveniente que los niños les puedan poner y decirles como sortearlos de acuerdo con su conocimiento y normas del hogar.

Si todo lo hacen bien, estos tíos abuelos, serán los mejores aliados de los padres y de gran apoyo en caso de necesidad, pues si cuentan con abuelos que, si lo son, tendrán la fortuna de ser doblemente amados.

Atención abuelos: ¡de estos tíos abuelos no hay que tener celos! Por el contrario, ayudarles, colaborarles, acompañarlos si es del caso, hacerlos sentir valiosos y ser agradecidos porque hacen a todo el mundo feliz.

¡Vivan los abuelos no fértiles, los estériles, los tíos abuelos y todos los que quieran prestar apoyo a la crianza de nuestros nietos!