Voy a recordar hoy un capítulo de vida que, al verlo, me hace devolver en el tiempo y agradecerle a mi madre ese ejemplo.
Siempre, al final del mes, tocaba la puerta de mi casa una señora que en voz baja y casi en susurro, le pedía un favor a mi mamá y luego ella, mi madre, salía a toda prisa hasta su cuarto y sacaba algo de su billetera y enrolladito se lo entregaba a la señora en cuestión.
De tanto ver esta escena le pregunté a qué iba siempre la señora y un poco retrechera me contestó que no era de mi Incumbencia y como uno era obediente, pues con la descolgada, me quedé callada, pero al final, ella no.
Al parecer, reflexionó rápido y se sentó conmigo y me dijo: «Lo que yo hago con esta amiga se llama consideración».
Me sorprendió su respuesta y continuó diciéndome: «Ella viene cada mes a que yo le preste un dinero para pagar la factura de la luz que tiene atrasada siempre, un mes y así evita sumar más meses y que se la corten; yo le presto ese dinero porque es buena paga y confiable, además la considero porque tiene muchas responsabilidades en su hogar y solo una persona trabaja allí y no le alcanza».
Después de contarme la historia me hizo prometer silencio total y así lo hice, hasta hoy que lo recordé y que entendí que la consideración es un valor para tener en cuenta.
Y como yo siempre hablo de lo que me pasa, traigo a cuento el tema de la consideración porque estuve invitada por la periodista Jenny Tamayo a su programa de Fe y Culturas, que se transmite por Televid, en donde tienen como tema central hablar de un valor y yo escogí la consideración.
Lo escogí porque aparte de la historia que les conté, me parece que esa palabrita es crucial para el momento de hoy y lo digo porque consideración es ponerse en los zapatos de los demás, es bondad.
Es ayudar, es servir, es tener en cuenta lo que el otro piensa y respetarlo. Consideración es respeto, amabilidad y atención en el trato hacia una persona o cosa. Es deferencia, cortesía, apreciación, aprecio, contemplación, estima, miramiento, cuidado y puedo poner más sinónimos, pero lo que quiero significar es que hoy nos falta todo eso.
No paramos de leer, ver y escuchar noticias en donde los muertos son por montones y superan en cifras cada año y todo porque hay indolencia, indiferencia, falta de respeto, no hay paciencia y, por supuesto, nos falta consideración, creemos que estamos solos y que somos los reyes del mundo, que todo lo merecemos y no somos capaces de entender lo que le pasa al otro.
Como ven, la intolerancia nos está matando, nos está dejando ciegos, pero de ira, de descontento, de sufrimiento, de sed de venganza y de odios.
Y eso solo se combate ayudando, entendiendo, dejando hablar al otro y escucharlo, haciendo las paces con uno mismo y con los demás y, no menos, sirviendo.
Yo estoy convencida de que a través del servicio uno es capaz de entrar a considerar a los demás y agradecer lo que tiene y ha recibido.
Mi tarea como Rotaria me ayudó a entender lo que es dar de sí, sin pensar en sí mismo, como decía Paul Harris el fundador del rotarismo en el mundo. Yo soy rotaria por convicción y porque soy considerada; además, porque quería devolverle a la vida, todo lo que me ha dado, sirviendo y ayudando.
Pero hay mil formas de aprender a ser considerada a través del servicio que se puede prestar en una fundación de los miles que hay y que necesitan voluntarios o de obra social, o simplemente, tratando bien a la gente.
Como abuelos y padres, somos los arquitectos y constructores de lo que pueden ser nuestros hijos, nuestros nietos, por eso tenemos la responsabilidad de moldear en ellos muy buena parte de lo que, con su propia personalidad, habilidades y dones, podrán ser y hacer en y con sus vidas.
Nuestra contribución debe ser diaria a esa formación y debemos ser persistentes en ello, consciente o inconscientemente, con nuestras palabras y hechos, en los breves o largos momentos que compartimos con ellos y en las distintas circunstancias que vivamos juntos.
Nuestra tarea es la de tallar en esas maleables esencias, lo que será su concepto de vida, sus valores, sus modos de ser, sus liderazgos.
Como ven, somos responsables y tenemos que hacer bien la tarea, ahí les queda el reto y los considera, no será fácil, pero posible.
El valor contrario a la consideración es ser desconsiderado, es decir, actuar de manera egoísta buscando un beneficio sin considerar que hay alguien cercano que puede necesitar ese beneficio con más urgencia o apuro. Las monjas que nos criaron nos alertaban contra ese valor negativo!!
CONSIDERACIÓN, esta palabra dice y significa demasiadas cosas que nos invita a aplicarla.
Como siempre muy buen artículo.
Excelente reflexión Vicky. Sin duda la CONSIDERACIÓN empieza desde la cuna y se transmite con el ejemplo.
Quienes tenemos la fortuna de haber vivido en una familia que nos levantó con valores, tenemos la noble tarea de continuar ese legado, dejando huellas bonitas, que continuarán nuestros descendientes.
Que buen articulo y genial compartirlo,que bueno seria tener siempre presente la consideración sin mirar para atrás,como nos cambiaría la vida,como viviríamos de bien con nuestra consideración. Gracias por recordarnos lo bien que seríamos en este mundo donde pongamos en práctica esta palabra.
Abrazos
Mi Viky siempre tan a tiempo ayudándonos a ser mejores personas cada día
Para mi el servicio es estar siempre lista y así lo he vivido cada momento de mi vida y me encanta hacerlo
Gracias por recordarnos que es Concideracion