Nunca había estado de turismo en un pueblo nuevo, recién fundado y menos por un particular.
Tuve la oportunidad en estas vacaciones, de ir a conocer en la Florida, un pueblo pequeño de 2.584 habitantes, llamado Ave María.
Fue un paseo planeado, y acompañada por Sebastián mi nieto y los otros dos abuelos de él que viven en los Estados Unidos.
Nos habían dicho que en ese pueblo, no había mucho comercio y que solo había un lugar pequeño como cafetería o una pizzería y nada más, pero al llegar ¡Oh sorpresa!
La historia
Aparte de que la supimos por boca propia de un habitante, me remití al señor Google, para no fallar en su historia y aquí la acomodé a mi amaño.
“Ave María es una comunidad que fue fundada en 2005 por Ave María Development Company, una asociación formada por las Barron Collier Companies y la Fundación Ave María liderada por el filántropo católico Tom Monaghan, fundador de Domino’s Pizza y el líder de la Universidad Ave María en ese momento.
El desarrollo de la ciudad fue posible cuando la legislatura de Florida creó el Distrito Comunitario Ave Maria Stewardship, un gobierno local limitado cuyo propósito es proporcionar infraestructura comunitaria, incluyendo sistemas de desarrollo comunitario, instalaciones, servicios, proyectos y mejoras.
En 2015-16, se clasificó como la 40a comunidad planificada principal más vendida en los Estados Unidos, de las 230 comunidades de este tipo que hay en el país”.
A una hora y 40 minutos de Miami, este pueblito se abre en medio de la nada como una aparición hermosa, en donde todo huele a nuevo, en donde el silencio impera, en donde el comercio es escaso y los lugares de diversión, pubs, restaurantes y cafeterías, son solo los que son y punto.
Hay uno por cada temática y todos se conocen, se saludan, disfrutan, ven los partidos en compañía, y las fiestas son de la comunidad.
Un turista desprevenido que quiera ir a disfrutar y a gozarse la vida allí, llegó al lugar equivocado, pero si va a admirar lo que es fundar un pueblo, ver cómo trabajan, admirar sus construcciones, disfrutar del calor humano de personas que apenas estás conociendo, entonces si es para ti, Ave amaría.
Nada es feo. Todo es hermoso y en su puesto, todo el comercio lleva el nombre de María o Ave maría, hasta las odontologías, la universidad, la tienda de ropas, el salón de belleza la cafetería, en fin, tienen tatuado su pueblo y hasta tienen medio de comunicación mensual propio que igual que los demás se llama the Maria Sun
Fuimos a conocerlo porque había escuchado hablar de él, pero con exageraciones.
Me habían Dicho que sólo podían vivir personas católicas línea ortodoxa, que era solo americanos y así, mil cuentos más.
Pues no. Allí vive el que puede, el que tiene con qué y el que quiere tener una vida tranquila, sin excesos , en silencio, en paz, y si es católicos mejor, pero si no lo es, que sea respetuoso.
Como buenas montañeras y ante la cantidad de cuentos de que allí no había nada para ver, sino la iglesia y una pizzería, nos fuimos armados de comida y de deliciosas frutas para comer en un parque o en una área de recreación o descanso .
Pero oh sorpresa, había de todo un poco, bueno, bonito y con gran receptividad.
También había parque con atracciones acuáticas, pero se cuidaron que fuera solo para los nativos, tienen muchas actividades, culturales y religiosas que los mantienen ocupados y están construyendo nuevas urbanizaciones de casas grades y hermosas que dicen que allá llega el que tenga con que comprarlas.
Fue un paseo delicioso en donde mi nieto Sebastián encontró su paraíso, pues su comportamiento y la felicidad que expresaba así lo decían.
Corrió, gritó porque le pareció que no había nadie. Cantó sus canciones en la iglesia a toda voz y corrió por ella contando las bancas y los apóstoles, porque estaba abierta para nosotros solos.
Le prendió una velita a la Virgen con el abuelo porque le pareció de lo mejor y en su inglés bien clarito me dijo que rezara el bendito y cuando acabé grito amén .
Difícil sería saber que piensa un niño Autista cuando llega a una ciudad silenciosa, en donde no se ve gente en la calle, en donde es todo bonito y bien cuidado, en donde todo huele a nuevo, pero intuyo cómo su abuela que lo cuidó durante 45 días seguidos, que Ave María, hizo su milagro en él, porque se lo gozó como si ese pueblo fuera el de él.
El paseo se completó con la parada en una zona de descanso por donde pasaba un canal y allí pudimos ver tres cocodrilos, al menos sus cabezas, que despertaron la curiosidad de los niños y el miedo de los adultos.
Se los recomiendo. Si viajan a la Florida, pero no a comprar sino a disfrutarla, este es un buen lugar para conocer, eh ave María por Dios.
Pueblo de ensueño, remanso de paz, de conexión espiritual, sorprendente!
Que Linda experiencia y que Rico conocer lugares tan especiales que no tienen nada que ver con comercio.
Que belleza!! Un verdadero descanso cuando encontramos aquellos lugares que son remanso de paz!! Que felicidad por el niño como decimos «está en su salsa»»!!! Un abrazo
Que belleza esa iglesia y Orlando con su nieto divino un abrazo grande que buen dato lo de ave María si es para conocer 😘😘😘