He escuchado muchos piropos y a la fecha, solo dos me han impactado, pero les contaré solo del último.
Mi nieto Tomás, es un chico ocurrente y habla como adulto. Esta semana cuando lo visitaba y estábamos jugando, se quedó mirándome y me dijo “uy tita, estás muy bien para tener setenta”, ¡piropazo! Obvio que lo agarré a besos y le agradecí, pero al día siguiente, cuando sus padres estaban hablando, dijeron en medi0 de la conversación la palabra vintage y de inmediato él pregunto, qué era vintage. Su mamá le explicó que era algo mas viejo, de otra época, pero que seguía siendo hermoso y cool y de inmediato le dijo: “ah, ya sé, mi titamaitoria es una abuela Vintage”
“Vintage (del inglés vintage, en español, añejo) es el término empleado para referirse a objetos o accesorios con cierta edad, que no pueden aún catalogarse como antigüedades, y que se considera que han mejorado o se han revalorizado con el paso del tiempo”.
Si bien el piropo es hermoso, eso me lleva a pensar en que uno si puede llegar a viejo, pero hay que mantenerse sano de cuerpo y alma. De cuerpo, es eso de “no dejarla caer”, es decir, viejo, sí, con años también, pero la moral no hay que arruinarla, y hay que mantenerse bien puestos y por qué no elegantes y de alma, es mantenerse feliz y disfrutando ya sin tanta carga y sin quejarse tanto.
En estos últimos días, he escuchado varias veces que, alguien dice de otras personas:”Uuuy… estos si no dejaron nada para la vejez” y todos volteamos a ver de quienes se trataba y efectivamente, eran una y uno, casi irreconocibles, después de muchos años de no vernos y efectivamente, estaban mas viejos sí, pero viejos sin gracia, entregados a los años y con cara de aburridos.
Ya sabemos que la vejez no viene sola, que trae achaques, dolor en el dedo, porque donde uno se lo ponga le duele, trae arrugas, canas, flacidez, pecas en las manos, temblores, tos sin ton ni son, lentes gruesos, obesidad para algunos, mala memoria, caminar lento, bastón, silla de ruedas o caminador y ganas de ir al baño cada 10 minutos, especialmente lo señores. Todo eso implica estar viejo, pero si a eso le sumamos, la aburrición, la quejadera, los malos olores, lo mal vestidos o con ropa de los años de upa, mal acompañados y mal geniadas por todo, pues peor.
También hay otros que, viejos decidieron que se querían mantener como en los cuarenta y se pusieron Botox, peluquín, o se hicieron cirugías faciales, o corrigieron las arrugas de los parpados y la mirada les quedó como si vivieran asustados y que decir de las mujeres, el Botox, algunas lo cogieron como si fuera el gran rejuvenecedor y terminaron con unas caras diferentes o como momias, que no pueden ni reírse porque se van a destemplar.
La vejez nos llega a todos y hay que recibirla como viene, pero siempre buscando mejorarla, aceptándola, pero no dejándose vencer, disfrutándola, pero sin excesos, gozándosela, pero sin payasear, viviéndola, pero siempre con elegancia. Algunos dirán que con dignidad y sí, también, pero no dejando de ser lo que éramos, cuidándonos a nosotros mismos y haciendo lo que nos gusta, buscando ser autónomos hasta que el cuerpo aguante y mostrarnos vivos, hasta que la memoria nos falle, no siendo carga para los hijos, sino ser claros con ellos en lo que queremos y somos o no capaces de hacer y aceptando sus sugerencias, sin obstáculos, pero conservando nuestra esencia, es decir, abuelos Vintage.
Sintamos orgullos de los años, de nuestras heridas y sin sufrir por lo que digan los demás, porque los demás son los demás y nos debe resbalar. Hagamos de los años y de la vejez, una vida con gracia, con la altanería que nos da la experiencia, con los restos de juventud hermosa que tuvimos, con la naturalidad de ser sin necesidad de mostrarlo y con la elegancia y finura que nos ha caracterizado, lo que quiere decir que hay que ser abuelos Vintage.
Desde hoy comencemos a guardar para la vejez, nunca es tarde para hacer el ejercicio que podamos y al ritmo que queramos, eso nos da alegría, nos permite andar derechos, no pensar en los dolores, valorar la naturaleza, disfrutar de las reuniones sin quejarnos, beber un buen vino o el aguardiente que nos gusta, saborear una buena comida, comiendo de todo pero no todo, llevando una dieta nutritiva que nos permita mantener una buena figura, sin excesos de grasas y gordos que nos hacen ver decaídos y macilentos.
Guardemos ánimos para la vejez, no nos gastemos la alegría en mentiras y en satisfacer a los demás, invirtámosla en nuestra felicidad, en lo que nos gusta sin importar que piensen los otros.
Ahora lo importante es que estamos envejeciendo, tanto con dignidad, pero no perdamos la elegancia. Ser viejo no es dejarse morir, ser viejo es disfrutar lo que vivimos y lo poco que nos falta con mas alegría porque nos cumplimos a nosotros mismos.
Envejecer con elegancia, será indicativo de lo que fuimos, somos y como queremos que nos recuerden, o sea con nuestra esencia y por qué no, que digan siempre, que fuimos abuelos Vintage, muertos, pero no enterrados.
Mas que Vintage ! Eres de corazón grande para amar ! Y eso nunca envejece!
Felicitaciones María Victoria, como ya le dije en instagram, sus palabras siempre van cargadas de verdades, experiencias e inteligencia y su presentación personal de belleza y elegancia.
Muchas gracias, bendiciones 🙏🏼 infinitas y un fuerte abrazo 🫂
Me encantó tu escrito, estoy de acuerdo con todo lo que dices en él, de verdad creo que en la vejez revelamos cómo éramos en la juventud, también quiero ser abuela vintage
El envejecimiento es un proceso extraordinario, en el que uno se convierte en la persona que debía haber sido siempre.
Definitivamente nos muestras una guía perfecta para lo que sigue en nuestras vidas.
Uno es feliz si así lo decide, debemos pensar bien, vivir bien y tratar de darnos la mejor calidad de vida.
Como siempre muy interesantes tus reflexiones y pensamientos: