Aunque no soy la mas experimentada en estas lides de abuela, pues hace solo siete años que lo soy y muchos días de ellos a distancia, si puedo contarles como ha sido este tiempo y cómo nos las hemos ingeniado como familia para estar siempre cerca y poder disfrutar de este abuelazgo.

Primero lo primero: aunque lejos, hay que crear lazos que nos unan. Bendita sea la tecnología ¿qué haríamos sin ella? Segundo, programar estadías largas, pero no laaaaarrggaaas. Las oportunas, las que deben ser. Tercero, aprovechar esas visitas y generar complicidad, amor, y necesidad de vernos para que todo funcione.

La tecnología

Para algunos es más difícil esto de los computadores, los celulares, las aplicaciones, los blogs, las llamadas por face Time o WhatsApp, pero para eso están los hijos y hasta los propios nietos. Realmente, luego de que empiezas, te das cuenta de que no era tan complicado, que lo que nos parecía un mundo era una simpleza. Ahora la tecnología es amigable, te lleva, te inspira y te acoge. Solo hay que intentarlo.

En cuanto a estadías largas, estas podrían ser de más o menos un mes. Mas, les enredamos la vida a nuestros hijos y hasta maleducamos a los nietos. En 20 días o en un mes, se vive intensamente. Se puede programar la visita y, sobre todo, se puede compartir todo el tiempo con los nietos. Visitarlos en vacaciones es una bendición para los hijos y un salvavidas para los nietos, o al revés, depende del momento. Lo cierto es que hay que vivirlos intensamente.

En ese tiempo de visitas es cuando los abuelos debemos generar los afectos, demostrarles el amor, crear las complicidades, hablarles de nuestro país y sus posibilidades para visitarlo, enseñarles como es, como se podrían divertir, que hay para hacer, cómo es la familia, quienes son de su edad y que hacen y tentarlos siempre para cuando se les permita viajar lo puedan disfrutar al máximo.

Pero mientras que esto sucede, empecemos por aplicar la tecnología. Mi sugerencia es que no falte la llamada diaria al hijo o a la hija para saber como están, cual es su programación del día, que van a hacer y de ahí en adelante programar la llamada para verlos. Esto hay que pactarlo con los padres, pues la idea es no interrumpir sus quehaceres y menos sus tareas escolares, además, en algunos casos, los padres deben hacer la llamada y estar presentes, pues son pequeños y aún no dominan la tecnología, cuando ya lo saben, no hay problema y se puede deleitar uno con ellos hablando de cosas que a ellos les interesen.

¿Y qué hablar con ellos? Muy poco en un principio, pero después van fluyendo los temas, pero en mi caso, jugar siempre dio resultado. ¿Jugar? Si claro, muñecas, carritos, etc. y de ahí salen los cuentos, las risas y demás.

Normalmente para ellos, es fácil jugar en la distancia. Te muestran las muñecas o los carros, las bañan, las visten y te van preguntando que vestido ponerles y es ahí donde el juego se vuelve largo. Tu escoges una muñeca o un juguete y ese será el tuyo, pero ellos lo manejan. Normalmente el que escogemos siempre queda mal vestido o es el feo, pero bueno, lo importante es que el de ellos sea el mejor. Jugar lotería también es un buen parche, eso sí, dispuestos a perder siempre. Nunca ganarás. Ellos son los triunfadores, pero ese es el gancho.

Que te enseñen el idioma de ellos es otro juego. Jamás aprenderás bien, pero ellos son felices porque te están enseñando.

Hay más, luego les informaré como entretenerlos, verlos a diario y disfrutarlos desde la distancia.