Cuando alguien nos quiere menospreciar como mujeres, sobre todo como novias o esposas o cuando somos jefes, nos dicen: “es que esa vieja es como loca”, o “no le prestes atención esa vieja está loca” y la verdad, a nosotras las mujeres, la locura nos sienta bien.

Y tienen toda la razón, somos unas locas maravillosas que buscamos la perfección, todo lo queremos hacer solas, somos perfeccionistas, nos encanta lo bueno, no toleramos despistes, ni infidelidades, ni malos comportamientos, todo lo que hacemos lo pretendemos hacer bien y si no sale, pues empezamos la lora, hasta que todos entiendan, que lo que haya que hacer, hay hacerlo bien desde el principio.

Somos unas locas porque hacemos varias cosas al mismo tiempo y si no podemos hablar porque estamos en el teléfono conversando con una amiga y cocinando o lavando, o escribiendo, o haciendo un negocio, gesticulamos, hablamos con los ojos y hasta mostramos con el pie lo que queremos que nos hagan, pero por nada paramos de hablar por teléfono.

Soy de las que piensa que nuestra locura hay que presumirla, porque sabemos elegir a conciencia y deberían estar agradecidos con nosotras, las o los que nos critican, pues si nos ven locas, ellos al estar con nosotras, fueron seleccionados por una loca que algo les vio y si del esposo se trata, debería estar arrodillado porque esta loca lo seleccionó, no por ser el único en el mundo, sino por ser el mejor para su mundo, así pues que a agradecer.

Ya lo había dicho antes, las mujeres no necesitamos un hombre para vivir, necesitamos un hombre para amar.

Nosotros, en medio de nuestra locura, elegimos siempre el lado bueno de la vida, por mas negro que el destino se nos quiera pintar, siempre vemos la luz al final del túnel y con una sola sonrisa nuestra, un abrazo o un beso, transmitimos tranquilidad, así estemos muertas de miedo o no veamos la respuesta de inmediato, siempre nos sobreponemos porque nuestra fuerza interior y las buenas decisiones que tomamos, hacen que todo fluya.

Y claro que somos unas locas con manías, eso no tiene discusión, tenemos la manía del orden porque lo amamos, tenemos la manía de agradecer, porque sabemos del esfuerzo de los otros, tenemos la manía de la limpieza porque eso es vida y salud, tenemos la manía de organizar, porque todo lo encontramos con facilidad y tenemos la manía de entregarnos por completo a quienes amamos, porque fue lo que escogimos y cuando tomamos decisiones, también asumimos las consecuencias.

A las mujeres lo que nos sobra es personalidad, por eso muchos nos aman, otros nos critican y alguno nos desean, sí, no se espanten, ¡así es!, las mujeres lo que mas manejamos es amor propio y tenemos hasta para repartir.

Y cuando esa loca, deje de molestarlos, cuando ya esa loca se quede callada, cuando ya esa loca no se preocupe por nada ni por nadie fue por que la perdieron y estoy segura que llorarán en silencio, porque al fin van a poder reconocer que éramos unas locas, pero inteligentes, sencillas, pero no del montón, humildes cuando tocaba, pero jamás sumisas, amables siempre, pero no bobas y porque esta loca fue la que los eligió para amar.

Ahí sí, van a entender nuestra locura, porque solo la veían cuando explotábamos y jamás lograron ver nuestra esencia