Vaya dilema. Yo diría que eso depende, pero ya hoy por hoy no dudaría en quedarme y escoger a mi pareja, a este abuelo maravilloso, padre como el que más, esposo considerado y amoroso, excelente compañía, mejor amigo y sin tacha.

Pero, también sé, lo que es tener hijos, cuatro para ser más exacta.

Conozco lo que es quedarse sola después de una separación y solo contar con los hijos.

Sé de muchas que son viudas y solo tienen a sus hijos.

También se de otros que se separaron y tienen a sus hijos, porque no encontraron pareja o decidieron quedarse solos

Por eso, al principio dije depende.

He pasado por algunos estados arriba descritos y conozco de primera mano a quien escoger.

Cuando se está joven, en pareja y criando hijos, no hay duda: los hijos son los primeros. Para ellos se vive y se trabaja. Buscamos darle lo mejor, tratamos de darles la mejor educación, estamos pendientes de su salud y se sus necesidades básicas.

Esos primeros 25 años giran alrededor de ellos. Nuestra pareja es la compañía de lucha, de trabajo, de formación y como pareja se disfruta, se goza, se enorgullece de los triunfos y se sufre con los fracasos. Todo eso está bien, pero si tenemos una buena pareja no hay que exagerar.

Los hijos son divinos, dan alegrías y penas y jamás, lee bien, jamás dejarás de estar con ellos, así sea en la distancia. Jamás dejaras de alegrarte y de sufrir y de acompañarlos, así se hayan ido de la casa. Pero son eso, ¿hijos divinos que harán su vida, tal como nosotros lo hicimos y quien te queda? Pues tu pareja.

Por eso no hay que exagerar y entregarse con alma y vida sin pensar en tu acompañante de vida. Ahí estamos el uno y el otro haciendo fuerza y queriéndonos, no hay que dejar de hacer con la pareja cosas que quisiéramos porque que pesar dejar los hijos, NO.

No hay que dejar de bailar, leer, salir solos, salir con amigos, trabajar duro y más porque que pesar de los hijos, No. ¿Ellos se van más temprano que tarde y quien estará contigo? Tu pareja.

Por eso no debemos esperar a estar nuevamente solos para voltear la cara hacia nuestras parejas.

Pero a veces pasa, que estamos criando hijos y de un momento a otro quedamos solos con ellos, porque nuestra pareja se fue. Hubo rompimiento, separación tortuosa o tranquila, pero al final alguno de los dos se quedó con los hijos. Ahí en es situación, tampoco hay duda, los hijos son lo primero, y seguimos velando por su felicidad, educación, salud, etc., además con algo de culpa y quizás solos porque el que era ya no está y ni volvió a aparecer.

En esta situación de hombre o mujer separada con hijos hay prioridades y se supone que debes ser tú, sí, tú mamá o papá. Si tu estás bien irradiarás bienestar hacia los tuyos, lo contrario, es llenarte de insatisfacciones y carencias personales que solo te darán para criar hijos amargados.

Pero esto también es extremo, me refiero a que esta bien que priorices tus hijos, pero si tienes la oportunidad no te quedes solo. Mira hacia los lados, límpiate de las malas energías.

Ya con experiencia sabrás escoger algo mejor que lo que dejaste. Normalmente quien abandona el nido busca para abajo, en cambio el que se queda y con los hijos, solo mira para arriba porque tienen aliciente y rara vez se equivocan, siempre y cuando busques sin desespero.

Y no es decirle a tu nueva pareja, primero los hijos y después tu. Eso espanta, además una persona inteligente lo da por hecho: estás levantando niños y vamos a hacerlo en equipo. Si eso te responde, es tuyo. Todo en buena medida sale bien. Darles prioridad absoluta a los hijos es dejar que te manejen tu vida a medida que van creciendo.

Si les das toda la importancia te manipularán siempre y al final terminarás, con ellos bien criados, lejos, organizados en sus vidas y tu sola, solita porque no pudiste mirar para los lados cuando podías.

Lo digo por experiencia propia. De un día para otra me vi separada y con tres hijos. ¿Qué tenía que hacer?, enfrentar la situación, trabajar para mantenerlos, hasta tres trabajos tuve a la vez porque quedé con toda la responsabilidad. Trabajé duro, en todos lo hice bien, trasnochaba y me levantaba temprano y a mis tres hijos les di calidad de tiempo, no mucho tiempo.

Pero no perdí el norte. Yo sabía que debía buscar mi felicidad y la encontré y no me equivoqué y hoy es mi compañero de vida, el papá más amoroso de mis hijos y los asumió como propios, les dio todo, los levantamos juntos, les modeló con el ejemplo y todo su amor fue y sigue siendo para ellos.

Pero estás en estado de soltería y diste con una persona viuda con hijos pequeños. Ese si es una decisión difícil, pero cuando la tomas afirmativamente, serás feliz por siempre. No es poner a escoger entre los hijos y la pareja. Es comprometerse, amarlos, no entrar a suplir la falta del padre o de la madre, es entrar a apoyarlos, a brindarles compañía a hacer el trabajo juntos. No es entrar a ser la madrastra o el padrastro malo de los cuentos, es trabajar esa crianza juntos, llevarla a feliz término y contar con una buena pareja para el resto de tu vida.

Como ven, en cualquier estado, los hijos son primero, pero con inteligencia, sabrás ponerte a ti en la cima, buscarás a la par tu felicidad, no te dejarás manipular y mucho menos mandar de ellos.

Si buscas o preservas tu pareja, dándoles a entender a tus hijos que son importantes, pero que juntos podrás ser el mejor equipo, siempre que te pregunten a quien escogerías entre tus hijos o tu pareja, jamás gaguearías, siempre dirías:  A MI PAREJA.