Parece una tontería, pero les apuesto que les ha pasado y todos se quedan mudos, gaguean, abren los ojos y lo peor, no saben que decir.

Pues bien, hay varias salidas y las mas que su ingenio les proponga, pero las normales son simples.

La más fácil: “explícame un poco que es el autismo. Con eso tienes. Te daremos una clase corta y quedarás informada del tema y podrás decir: Veo que has aprendido mucho, eso esta muy bien y con seguridad todo saldrá bien y será lo mejor para tu hijo.

Si ya sabes del tema, que también es probable, basta con decirle: conozco bien del tema y sé que es una condición para la cual ya hay mucha información y casos exitosos. Estoy segura que tu ya debes estar informada, pero conozco a alguien que también tiene un hijo con esa condición y te la puedo presentar, creo que juntas se ayudarán y ayudarán a sus hijos.

Hay otras con mas fe y hasta con tintes religiosos que son válidas cuando quien te habla, tiene esa misma fe: entiendo que es una condición especial que a veces Dios nos da para decirnos algo. Estoy segura que con tu inteligencia y aprendizaje, tu misión será ayudar a tu hijo a salir adelante y ayudar a otras mamás o papás que viven lo mismo que tú.

Por qué hablo de este tema, porque ya lo hemos vivido. Porque hemos tenido reacciones de toda clase, porque unas nos hieren, otras no animan, otras nos dan risa, pero sabemos que todas son de buena voluntad, solo que no saben que decir.

La mayoría responden: ¿cómo así? Yo tengo el hijo de una amiga que es amiga de la compañera de colegio de mi hermana y que también es autista…. otros dicen, qué pesar lo siento mucho., eso es matador, porque ni lo sienten, ni causa pesar, otros te hablan de un sin numero de personajes exitosos que son autistas, pero la verdad, la verdad, quien te lo cuenta, lo hace no solo para darte una información porque eres su amigo, sino par que entiendas y apoyes una causa, que cada vez en el mundo se está conociendo y hay mas niños con esta condición.

La inclusión la primera. Cuando un autista llegue a la escuela donde está tu hijo que no lo es, enséñale, infórmale, explícale y hazlo con tal naturalidad que la aceptación no sea forzosa, sino incluyente, amorosa y de amigos.

Quien te cuenta, no lo hace por contar, sino porque te siente su amigo y quiere tu apoyo, solo eso. Responde como quieras, pero siempre con comprensión.