Escuché recientemente en un video que me enviaron, a un personaje que se llama Lalo Yaha, un discurso acerca de las personas que a uno le deben importar en la vida y me gustó. Y me atrapó porque, según él, la persona que más me debe importar, debo ser yo y lo explicó muy bien, porque decía que, a quien uno debería darle respeto, tiempo, lealtad, amor y felicidad, es a uno mismo.

Cuesta entenderlo porque cuando a uno le preguntan cual es la persona más importante en tu vida, uno empieza la lista diciendo: mis papás, mis hijos, mi esposo, mi familia, mis amigos y… una lista interminable de nombres que uno considera son los más necesarios en su vida y de verdad que uno se olvida que YO, soy lo más importante, porque lo que hago, digo o dejo de hacer, se verá reflejado en los demás.

Tu tienes derecho a ser feliz, si no lo eres, tu infelicidad se reflejará en tu esposo o esposa, quienes deberían ser, los que, después de ti, estén en tu lista, si es que los tienes, pues nadie mas que él o ella, serán quienes te acompañen por siempre y quienes de verdad son los incondicionales en nuestras vidas.

Si no eres feliz, tu infelicidad se verá retratada en tus hijos, pues tu mal genio, tu acidez de carácter, tu falta de sonrisas, de amor, de caricias y de comprensión, serán la enseñanza que les dejarás y estarás formando seres humanos, deprimidos, tristes, apocados, tímidos, viciosos y hasta exaltados por todo, con mal carácter y malas personas porque su ira y frustración la van a descargar en el otro, en el que tengan al lado.

Uno como ser humano que es, y más cuando es considerado, solidario y amoroso, lo primero que hace es darle a los demás lo que necesitan y eso, te hace pensar que estás bien porque hiciste una obra de caridad o ayudaste a alguien que lo necesitaba, pero si bien es cierto que da satisfacción, siempre te queda un huequito, porque piensas que alguien más te necesita y descubres quien es y de pronto piensas, soy yo. Yo necesito amarme más, yo necesito respetarme más, yo quiero ser leal conmigo en mis deseos, opiniones y pensamientos, yo quiero trabajar mis sueños, no los de los demás.

Y cuando uno despierta, se da cuenta de que pasaron muchos años, que tenías la vida empeñada en los otros, que llevabas unas cargas impresionantes, de las cuales ninguna era tuya, porque en tu bondad, habías decidido cargar los problemas de otros, las enfermedades de otros y te apropiaste sin quererlo, de penas ajenas que te dañaron la salud, que te dañaron tu mente, que te hicieron doler la cabeza, trabajar mas y dedicarte por entero a ellos y te olvidaste de que existías

Por eso hay que parar tan pronto nos demos cuenta de que estamos haciendo por otros lo que deberíamos hacer por nosotros mismos. No es egoísmo, no es soberbia pensar así, porque si tú tienes lo que te mereces porque lo conseguiste con tu esfuerzo, puedes después, ayudar a los demás a enderezar sus cargas, no cargarlas, puedes aconsejar a los demás a solucionar problemas porque tu sabes como hacerlo por tu experiencia, puedes enseñar a otros a realizar tus sueños porque tu ya alcanzaste los tuyos y sabes orientar a los demás.

Quienes hemos tenido en esta vida tanta carga y aprendimos a soltarlas, sabemos que cuando yo estoy bien, los que me rodean están mejor.

Uno no puede darle a nadie, lo que no es capaz de darse a si mismo.