Sí, esos que a cada rato se nos pierden, y los buscamos por toda la casa, regañamos a los hijos porque los cogieron de donde los dejamos y al final descubrimos que los teníamos en la cabeza.
Si, esos lentes que siempre se pierden y hasta en la nevera los he metido, esos que nos sirven para ver claramente lo que queremos y que cuando nos los ponemos vemos hasta el futuro.
Esa es mi invitación de hoy, ponernos los lentes para ver la vida de una mejor manera, para ver la vida que tenemos y no ser desagradecidos, para ver que lo que tenemos es un regalo y no una maldición, para ver que este país es hermoso y que, si bien hay algunos que lo quieren acabar, no es el fin de mundo, para ver bien y no dejarnos abrumar de tanta información diferente, tendenciosa, descalificadora y mentirosa.
Esto lo traigo a cuento, porque a cualquier reunión donde quiera que vaya, el tema de la situación del país es lo común, pero no de la buena situación o de lo que tenemos, sino de todo lo malo que está pasando que, que sabemos es una realidad, pero que tampoco es el acabose y que tenemos a nuestro alrededor todos los elementos para levantarnos, proponer soluciones, protestar, hacer lo correcto y si cada uno se propone a hacer las cosas bien, el ejemplo se irá copiando.
No es el acabose, todavía hay esperanza, debemos decretar que todo saldrá bien en lugar de ir propagando toda suerte de mentiras o de verdades a medias que son mentiras o de verdades, que no podemos manejar, pero si luchar para que haya justicia.
Yo sé que no podemos salirnos del contexto de donde vivimos, que las noticias malas nos abruman, que a veces quisiéramos decir como el chapulín colorado: “¿y ahora, quien podrá defendernos?”. No vivamos en el miedo, en nuestras manos está hacer lo mejor. Desde su esencia, cada ser humano es capaz de cambiar el mundo y si todos estamos juntos así será.
Seamos conscientes de nuestra realidad, pero no la agrandemos multiplicando el terror la desesperanza, la carestía, las alzas, el mal gobierno, las matanzas, el crecimiento de feminicidios y más. Busquemos que nuestras conversaciones se enfoquen en lo bueno, así vamos dando ese paso.
Busquemos paz en nosotros mismos para poder encarar la vida sin tantas afugias que, nos amenazan con un ataque cardiaco. Busquemos no escuchar la prédica de quienes quieren acabar con todo lo bueno que tenemos.
Busquemos en nuestro día a día espacio para descasar, para compartir, para jugar, para leer, para amar, para estar en familia y hasta para perder el tiempo. ¿Por qué nos damos de regalo tiempo para pensar en lo bueno que tenemos?
De vez en cuando saquémosle tiempo al me “importaunculismo”, para descansar de la inundación de ideas, opiniones y desencantos que nos llegan y como dicen por ahí, hagamos más llevadero el yugo y la carga mas ligera, para no morir desahuciados por nuestra propia necedad. Tenemos que buscar paz mental.
Valoremos lo que tenemos, pongámonos los lentes de ver y miremos para los lados, así podremos ayudar y ayudarnos, porque lo que tenemos vale la pena conservarlo.
Cada quien es dueño de sus decisiones y obviamente de lo que ellas conllevan, por eso es bueno pensar antes de hacer, investigar antes de hablar y ser mas positivos que predicadores de lo malo
Buena recomendación Vicky!! Hablar solo de lo malo que sabemos, vemos o percibimos en las noticias y en otras conversaciones, solo nos trae angustias y desengaños!! Un buen libro, una película chevere, bordar, tejer, pintar no solo nos distraen sino que nos dan el espacio para poder digerir nuestro contexto!!