Quien lo creyera, pero la pandemia del COVID 19, aunque nos enseñó muchas cosas también nos cambió la vida y todavía hay restos de lo que nos dejó que no son nada bueno.
Si bien aprender a manejar la virtualidad fue de lo mejor, especialmente para las personas de mayor edad, también los acostumbró y a no salir, a tener miedo, a ver posibles contagios en todas las personas.
He visto cómo a los mayores los están cuidando tanto en las familias, que ya nos dejan salir, los tienen asperezados, como momias de cristal que se pueden quebrar al primer soplo, los llenaron de televisión, y de plataformas de películas para entretenerlos, les compraron la suscripción es de todos los periódicos, les llevan todas las revistas a los más intelectuales y hasta cuadernos de sopas de letras y de mandalas para entretenerlos en casa, cualquier cosa, antes que dejarlos salir, ¿pero su salud mental que?
La pandemia también dejó a los jóvenes la alegría del trabajo en casa, de cambiar de empresa con más regularidad o de coger hasta dos trabajos al tiempo porque estando en casa es mejor y rinde más, pero ¿su Salud mental que?
Y ni hablar de las amas de casa. Pobres, se les aumentó el trabajo, el desorden, el cocinar tres veces al día, el atender a los que trabajan como si ella no lo hiciera en casa, a estar callada y bien vestida desde que se levanta, a no hacer ruidos de ninguna clase, a “volar cuando suena el celular para no interrumpir la reunión uy a no llevar a ninguna de sus amigas a la casa porque son muy cotorras y no dejan trabajar. ¿y su salud mental que?
Pero no solo dejó eso, también los colegios cambiaron sus hábitos, las iglesias también mantienen sus cuidados, los supermercados se olvidaron de la asepsia, ya la OMS dijo fuera con los tapabocas, pero las clínicas aun esperan a que el gobierno les diga lo mismo y por tanto, hay que mantener el tapabocas en la cartera o salir corriendo a comprar uno a la esquina a precio de oro, cuando tienes que entrar a consulta o a visitar a alguien y se te olvidó.
Los divorcios, separaciones, terminadas de noviazgos incremento de hijos, también son consecuencias que dejó la pandemia, una cosa es estar con el esposo o la esposa un rato en las noches y en las mañanas y otra bien distinta fue estar todo el día en la casa mandoneando y pidiendo comida o atención, y no solo salieron gordos, sino que el genio cambio el carácter de las personas y eso dañó la buena relación que se traía, Qué pesar
No todo ha sido malo, pero hay restos de pandemia que, si preocupan y son aquellas enfermedades que nos dejaron para bien o para mal y a las cuales aún no les encuentran una respuesta adecuada, solo dicen que son secuelas del Covid y que hay que estar atentos.
Cuentos se oyen en todos los corredores, que el covid y sus vacunas están causando derrames cerebrales en las personas, que el resultado de las vacunas se está esperando y ya se asoman algunas consecuencias y nos tienen paniqueados. A mí, por ejemplo, la presión de me regularizó después del covid. Durante 36 años tuve que tomar pastillas para la presión alta, ahora no, y la respuesta al por qué eso, fue: “consecuencia del covid”.
Y no hablemos de la gripa, antes era tan normal que nos diera, ahora, corremos al médico y si de pronto nos da con tos o dolor de garganta si que volamos, nos hacemos prueba y descansamos cuando nos dicen que solo es una gripa y debemos tomar los medicamentos de siempre.
Pero de todo lo malo que nos pudo quedar, lo peor fue la salud mental. Hace ocho días fui a urgencias porque sentí un dolor en el pecho y casi me muero del susto, pero solo era una condritis causada por la tos que no me abandona, pero las urgencias estaban llenas. Todas las camillas estaban ocupadas, y según me dijo el enfermero que me acompañó, el 90 por ciento, eran personas con problemas mentales. Por igual hombres y mujeres que no encuentran sosiego en su vida y se desequilibran mentalmente.
Me explicaron después, que, luego de haber pasado la pandemia, quienes tenían algún problema psicológico se les aumentó, que los suicidios estaban al orden del día y que a eso le agregaron la escopolamina que están dando en algunos lugares icónicos de nuestra ciudad que llevan a la gente a la locura y luego a la depresión, de la cual muchas veces no salen.
En esa misma conversación, me recomendaban estar alerta, sobre todo los jóvenes y las personas mayores, quienes son los mas inestables psicológicamente, atender y recurrir al especialista ante cualquier duda. No dejar que la depresión domine a nadie. Estar atento a los síntomas que ella trae, y entender las causas para saber actuar y manejar al paciente
Los síntomas todos los conocemos: ansiedad, incertidumbre, tristeza y no so se qué en no se dónde, sobre todo después del covid.
El animo o mejor dicho el desánimo, es lo primero que hay que atender, porque es uno de los primeros síntomas, al igual que la tristeza, también se presenta con deterioro de la capacidad de razonar. Debemos estar vigilantes y atentos para poder ayudar o ayudarnos si lo sentimos.
Son muchas las formulas para combatir esa depresión, pero caminar, hacer ejercicio diario e interesarse por la salud física, ayudan muchísimo.
Como ven el Covid si se fue, ya nos vacunamos hasta cuatro veces, pero quedaron restos como sucede con todas las pestes que ha sufrido el mundo y que solo con los años nos damos cuenta de lo que realmente nos dejó.
No es para asustarse, es para estar vigilantes.
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