El 2 de abril, es el Día Mundial de la Conciencia frente al Autismo, es el punto de partida de una campaña que busca que las personas con este trastorno del desarrollo puedan tener unas mejores condiciones de vida e integración social, que partan de sus grandes posibilidades y derriben prejuicios e ideas equívocas.

UN CAMINO LARGO PERO ESPERANZADOR

Así es, tener un niño autista, requiere de paciencia porque el camino es largo, pero está lleno de esperanza, de alegrías, retrocesos, avances, pares largos, pero tiene también confianza, risas de emoción cuando hay nuevos descubrimientos, y paz porque se está haciendo bien la tarea.

Y hay decisiones que tomar, que no son fáciles, y que deben analizarse a la luz de todas las opciones posibles para no equivocarse. Si, equivocarse, porque eso produce miedo, inseguridad y temor a lo desconocido, y a fallar en algo tan importante como es darle a un hijo con necesidades diferentes, lo que no le convenía.

No siempre es fácil decidir, pero de todas formas hay que arriesgar y hacer lo que se cree más conveniente, porque nadie estaba preparado para recibir un niño con condiciones de autismo en la familia, y cada decisión es un aprendizaje de prueba y error, pero en este caso, han sido más los aciertos, aunque en su momento la duda estuvo presente, y el riesgo, y el enfrentar el miedo dio la solución que era.

De mi nieto Sebastián, tengo para contarles que son increíbles los avances, cuando se tienen papás consagrados y comprometidos, hermanos colaboradores e inteligentes, que saben manejar la información, abuelos y familia apoyándolos, estudiando, bien informados, y amigos conocedores y solidarios. Pero mención aparte merecen quienes los guían y hacen sus terapias, sin ellas no habría progresos, ni aprenderían tanto.

Si ustedes vieran a mi nieto hoy por hoy, me dirían que no lo pueden creer, porque es tal su grado de desarrollo, que verlo actuar, desenvolverse en sociedad, con sus amigos, primos cercanos, familia y en el colegio, es otro cuento, el cual no esperábamos ver tan pronto.

Pero el éxito en lo que se lleva hasta ahora con Sebastián radica en sus padres y terapeutas. Ambos comprometidos. Mi hija es la estudiosa, la que lee, la que pregunta, la que evalúa, la que apunta, la que ve y nota progreso y retrocesos, pero todo lo comparte con su esposo Jorge, quien atiende las recomendaciones, pero también maneja su estilo propio para llevarlo de acuerdo con su saber y entender, y eso también ha dado resultado.

Las terapeutas, ya lo había escrito antes, son unos ángeles. Dios nos pone la prueba, pero también quien ayude, y en ellas mi nieto ha encontrado buena parte de su integración con el mundo. ¿Qué le falta?, uff! mucho, pero el camino está trazado y los resultados se ven.

La hermana, Mariadelmar, ha sido fundamental en este desarrollo. Ella sabe de la condición de su hermano, pero lo trata como igual, ella no ve problemas, los soluciona a su estilo, juegan juntos, bailan juntos, cantan juntos, se divierten juntos y más ahora en esta época de pandemia, donde poco salen. Ella le enseña, le llama la atención cuando no obedece, lo invita y le pone las películas y la música que le gusta, comparte y lo ama profundamente.

La familia en general y los abuelos, siempre están disponibles y atentos a colaborar, pero ven en Sebastián a un niño maravilloso y comparten con él con naturalidad.

En nuestro caso, estando lejos, solo podemos apoyar y atender esos llamados de los padres cuando nos necesitan, bien por compañía, bien por sugerencias o simplemente para escucharlos. Pero tampoco nos hemos quedado quietos. Hemos aprendido y seguimos leyendo y preguntando a quienes saben del tema, cómo ayudar, cómo colaborar y cómo servir, y a fe que lo hemos cumplido. Nada nos detiene para ir a verlo, para cuidarlo sin los padres, pues aparte de las instrucciones que nos dan, sabemos llevarlo con el inmenso amor que le tenemos.

Ver a Sebas hoy llena el alma. Ya se deja motilar, se integra con sus amigos sin dificultad y hasta se defiende cuando se siente que lo que le dicen no es así, habla bien su idioma, se deja poner objetos en la cabeza, se hace entender perfectamente y a sus cinco años aprendió las rutinas sin tener que molestarse o enojarse porque se las cambian.

Pero tampoco ha sido un camino de rosas, bastante han tenido que trabajar sus papás en el tema, pues el asunto de la comida, por ejemplo, aun no lo supera, sigue comiendo lo mismo y no se cansa, sus horarios, aunque pueden variar, no lo agitan, su rutina de levantada, baño y colegio la sabe al dedillo y si a alguno se le pasa algo, él lo recuerda, sabe ir al baño solo y con tranquilidad, le gusta el mar, la playa, el agua.

A sus cinco años, las etapas de crecimiento y de formación las lleva bien, con altos y bajos, pero siempre con fe y esperanza de que todo será superado, porque arriba de Dios no hay Nadie.

IMPORTANTE; Atendiendo un llamado vigente de la ONU a todos sus países miembros, la Fundación Integrar desarrollará durante todo el mes de abril una campaña informativa que busca promover un mayor entendimiento e intervención de los trastornos del espectro del autismo. Y si ves edificios o banderas azules, ya sabes el porqué, por eso hoy cambié el negro por el azul, para solidarizarme y unirme a la campaña de tomar conciencia frente al autismo,

Esta es su dirección y teléfono: Carrera 66 B #32–28 – Medellín, Colombia – Teléfono (604) 265 7517