Ay Dios, yo espero no tener que decirle esto a mis hijos, ¿Pero no me digan que a veces uno siente que les va a estorbar y por eso nos abstenemos de visitarlos, o de caerles por sorpresa o de pasar con ellos días cuando viven lejos?
Hasta hoy no me he sentido ni he sentido que estorbo y espero que jamás lo sienta, pero sí lo he escuchado de muchos abuelos, más mayores que yo, que sienten que ya no les son útiles a sus hijos, porque físicamente no les pueden ayudar y lo único que les queda es amor para darles.
¡Qué ironía, solo amor para darles!, pero así es, con el tiempo, estoy segura que solo tendremos eso para darles, por ello, mientras podamos, disfrutémoslos y apoyémoslos, en lo que necesiten, no en lo que nosotros queramos, sino en lo que ellos nos pidan.
Pero tampoco podemos hacer del estorbo un drama, soluciones hay y muchas, eso depende de que tan precavidos fuimos en nuestra vida activa y laboral, de que ahorros disponemos, si estamos o no jubilosos o pensionados, yo prefiero decir jubilosa, y también de la situación económica de nuestros hijos cuando dependemos de ellos.
Si este último es el caso, hay hogares o refugios, no asilos, donde uno puede estar bien sin pagar mucho, pero acompañado y con actividad permanente, que hacen que la vejez sea llevadera y donde con seguridad no le vamos a estorbar a nadie. En donde podemos hacer amigos y si los hijos desean visitarnos, lo harán cuando quieran y sin presiones, porque debemos entender que ellos están haciendo su vida. Basta con agradecerles el tiempo que nos regalen, lo demás, será a su conciencia.
Hay también otros hogares donde los abuelos podemos estar tranquilos, más seguros, más atendidos personalmente y con mayores cuidados pero que implican el pago de una mensualidad, no tan costosa, pero si acorde con lo que tengamos ahorrado o de la pensión que recibimos.
Esos lugares también son maravillosos porque si la pareja está viva, pero ya no pueden valerse por sí mismos, ambos podrán seguir juntos, acompañándose y cuidándose mutuamente, avivando su amor de siempre y disfrutando verse envejecer juntos, viviendo de recuerdos y recibiendo con agradecimiento el estar vivos.
Pero existen también otros lugares más sofisticados y un poco más costosos, pero igual de seguros y de generosos en el trato. Pueden ser más especializados pues tienen medico permanente, algunos son IPS que tienen enfermeras todo el tiempo y atención durante las 24 horas.
Son más especializados para tratar a los ancianos con limitaciones físicas, psicológicas o de enfermedades terminales, que exigen un mayor cuidado y más atención, según el tipo de enfermedad. Estos sitios manejan un excelente buen trato, saben del oficio y aman a sus viejitos como a sus propios padres. Permiten visitas permanentes y sin restricciones de sus familiares y amigos y tienen servicio de restaurante para atender esas visitas con cargo obviamente a la mensualidad.
Son lugares manejados por profesionales: médicos especializados, geriatras, psiquiatras, psicólogos geriátricos, enfermeras y auxiliares entrenados, con restaurante a la carta de acuerdo con las necesidades alimenticias de los pacientes o clientes.
Tienen actividades diarias, desde conferencias direccionadas hacia la historia, enfermedades y manejo de las mismas, hasta con conferencistas reconocidos, como artistas que son populares, músicos famosos, etc., que permiten ser invitados y aceptan estar con ellos.
También tienen días dedicados a ver buen cine, en donde las películas son del recuerdo, de las que vieron cuando eran jóvenes, románticas, comedias, históricas y demás. No falta el día del vino, la música y la invitación para sus parientes, que terminan en baile y un agradable coro de cantos con los músicos invitados.
Tienen manualidades para ejercitar las manos, los dedos, el cerebro, hay gimnasia pasiva para todos y no faltan los juegos de mesa que hacen las tardes más deliciosas, divertidas y en buena compañía.
Conozco varios de ellos porque tengo amigas allí, pero también porque mi suegra estuvo en uno de ellos hasta que descansó. Son hogares maravillosos a los cuales nuestros hijos nos pueden entregar con tranquilidad y confiados.
Pero bienaventurados quienes, como nosotros, podemos tener a nuestra madre en su propio hogar y bien acompañada, con hijas que la cuidan con amor y paciencia y en donde nietos, bisnietos y amigos, pueden visitarla cuando quieran, aunque ahora sea por turnos y con otras condiciones, pues la pandemia no lo permite.
Así pues, queridos abuelos, vamos pensando ahora que tenemos conciencia y que sabemos lo que queremos, qué es lo que vamos a hacer y dónde queremos estar cuando estemos viejos y no podamos decidir por nosotros mismos.
Sin penas y sin afugias hablemos claramente con nuestros hijos acerca del tema y manifestémosles lo que queremos hacer, dónde queremos estar, si es que no hay forma de quedarnos en nuestra propia casa. NO dejemos que decidan lo que no queremos, hoy es nuestra decisión y deberán respetarla.
También es bueno mirar las herencias para dejar todo claro y evitar que haya discordias entre los hijos y la familia que formamos termine por disolverse.
Hagamos desde ya todo bien, cuidemos nuestro futuro y hagamos cumplir nuestros deseos.
Si Viky es una opción que debemos tener presente ya que la realidad es que con la vejez vienen las dificultades para vivir solos o independientes. No debemos asustarnos con dicha opción lo cual es cada vez más generalizado en nuestro medio que ha sido tan contrarío a esta alternativa,
Leo tus artículos y te felicito tu talento, posees perfeccionismo y lo haces con convicción, pasión y entrega. Con tus palabras elegantes tu lucha es inalcanzable para dar a conocer tus vivencias, las cuales nos entretienen. Ejerces con pasión y honor tu profesión, tu compromiso en escribir es inigualable, buscas los métodos para hacer llegar a otros cosas agradables que necesitamos escuchar. Tú talento para comunicar con facilidad te hace un ser especial. Un abrazo
Súper lo que escribiste sobre ese asunto, me gustó mucho y me identifico totalmente contigo.
Es verdad María V., la edad avanzada cambia el control y las circunstancias. Dependemos de la familia que cultivamos…
Excelente Maria V., reflexionando como sería el futuro, cuando uno de nuestros hijos tiene una discapacidad permanente, que le impide valerse por sí mismo, pero a su vez pudiera llegar a incomodar o estorbar a sus hermanos, estos hogares para la tercera edad son la mejor opción tanto como par ellos como para sus padres
Interesante tema tambien un poco asustador, para mi., pero es algo que por supuesto debemos tener en cuenta.